Ocupar los lugares que no pertenecen continúa siendo una constante por parte de la ciudadanía, que no respeta los espacios destinados a personas con discapacidad, la mayoría de veces por ignorancia, así lo informó José Grimaldo Colmenero, director general del Instituto Guanajuatense para las personas con discapacidad.
"Creo que la gente a veces hace mal uso por desconocimiento, yo todavía soy del grupo de personas que creen que el sujeto tiene desconocimiento, no concibo la idea de que alguien hoy se levante y diga: me voy a estacionar en lugar azul para darle en la torre a una persona con discapacidad", dijo el director.
El municipio de León fue el primero en reglamentar el uso de los cajones en estacionamientos y en multar a quien no cumpla con respetar los espacios. De hecho, el estacionarse en lugares prohibidos cuesta 2 mil 537.70 pesos, pero no es el único municipio donde se aplican infracciones.
"Lo tiene Irapuato, Salamanca, Salvatierra, Doctor Mora, Jaral del Progreso, Silao, Irapuato, entonces es un tema de difundirlo y que la gente lo sepa. Cada municipio tiene sus particularidades, desde la creación del instituto, el tema de la accesibilidad sí ha sido una prioridad, hay avances significativos, por ahí del 2013 Guanajuato bajó un recurso federal, lanzamos un proyecto piloto en 9 municipios para generar la accesibilidad universal en su caso histórico", subrayó.
El señor Alejandro Larrainzar es un caso. Apenas tiene 8 meses que usa silla de ruedas, y externó que lo que hace falta es sensibilización por parte de la sociedad.
"Esto se ve complicado, y solamente estando en esta silla es como realmente se da cuenta uno de las cosas… No hay esa educación en la gente, falta infraestructura, sí hay en algunas partes de la ciudad, pero falta todavía mucho", enfatizó Alejandro.
En Guanajuato, poco más de 400 mil personas tiene una discapacidad, ocupando el primer lugar la discapacidad motriz con todos sus derivados, débiles visuales, auditiva, intelectual y varios.
Actualmente municipios como León y Celaya cuentan con unidades de Transporte Urbano Incluyente, el reto siguiente es que el resto del transporte público también sea accesible para ellos.