Los usuarios del transporte público sufren maltratos de los operadores y de otros usuarios; desaire en las paradas, en particular los adultos mayores que cuentan con una tarifa preferencia y las personas con discapacidad que tienen el pasaje gratis, ya que las unidades no se detienen cuando los ven; los asientos dedicados a las mujeres embarazas y personas con discapacidad no son respetados; se vive con la inseguridad de ser víctimas de la delincuencia y el riesgo a violaciones al respeto al cuerpo humano.
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De acuerdo con el análisis “Servicio del transporte público de la ciudad de Puebla: propuesta de mejora de la calidad de vida de los usuarios en relación con su experiencia de viaje”, realizado por Ana Patricia Torres Pérez, maestra en Diseño e Innovación por la Ibero Puebla, en la zona metropolitana de Puebla es urgente promover un modelo de desarrollo empresarial centrado en las personas involucrando a distintos actores, entre ellos, gobierno, empresas privadas, concesionarios, conductores y usuarios que pueden detonar una reestructuración para innovar y dignificar el servicio.
El estudio detecta que el medio de transporte urbano en la zona metropolitana se distingue por el modelo operativo que predomina en México denominado “hombre-camión” que se caracteriza por personas que de forma individual reciben una concesión del gobierno local para ofrecer el servicio de transporte público a pasajeros. Ante dicha realidad, la investigación resalta la importancia de modificar el modelo actual para pasar a uno en donde el usuario se encuentre en el centro del interés del servicio.
“El tema de movilidad urbana es relevante por el potencial que presenta para contribuir con la calidad de vida de los habitantes. Dicho esto, se parte del supuesto que mejorando el diseño de servicio que ofrece el transporte público de la ciudad de Puebla se impactará positivamente en la calidad de vida de los usuarios y en el desplazamiento que realizan cotidianamente”, detalla el análisis.
Como parte del estudio de campo, se detectó que, atendiendo al usuario del transporte público, cada día convive menos en el espacio público debido al celular, ya que al ponerse audífonos se desconecta de las demás personas y entra en una atmosfera individualista.
En el servicio de transporte público, los sectores más vulnerables como los adultos mayores y las mujeres son las que más problemas enfrentan, ya que, en ambos casos, con dificultad encuentran asientos, ya que, en la mayor parte de los horarios, se observa unidades con sobre cupo.
“La gente adulta sufre en ocasiones el desaire de los conductores al no quererlos subir al autobús ya que representa pérdidas económicas y de tiempo. La equidad de género se vive en el autobús al haber hombres y mujeres sentados, por lo tanto, el ceder el asiento por parte de los hombres como símbolo de caballerosidad es un elemento que se ha perdido en la actualidad. Del mismo modo sucede con el respeto a los asientos asignados a mujeres embarazadas o personas con discapacidad”, resalta el análisis.
Ante la situación del trasporte público, la investigación destaca la importancia de entender las necesidades del usuario para dar soluciones reales a partir de un modelo de desarrollo empresarial centrado en las personas.
CHM