Guadalupe Jiménez tiene 75 años y aunque es residente del pueblo de San Gregorio Atlapulco, en Xochimilco, recibió la vacuna contra el covid-19 en la alcaldía de Milpa Alta.
Acompañada por su hijo, Gilberto Nieto, llegó a las 09:00 horas de este martes a la escuela primaria Benito Juárez, del pueblo de San Bartolomé Xicomulco, para recibir la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca.
- Te recomendamos Vacunan en México a dos mujeres de más de 100 años contra covid-19 Política
“Yo decía a ver dónde me la pongo porque yo vivo en San Gregorio y de aquí a que me espere. No ha llegado a San Gregorio y dice mi hijo: 'no mamá te llevo a Milpa Alta'”, explicó en entrevista a MILENIO.
De acuerdo con el gobierno de la Ciudad de México sólo los residentes de tres alcaldías (Magdalena Contreras, Cuajimalpa y Milpa Alta) podrían recibir la vacuna.
Esta regla en la unidad de vacunación de este pueblo no fue respetada y mucho menos la vacunación iniciando por la primera letra del apellido paterno, toda vez que en el segundo día de implementación del plan nacional de vacunación hubo poca afluencia.
Eso hizo que los llamados siervos de la nación y personal de la Brigada Correcaminos pasaran por alto que algunos habitantes fueran desde Xochimilco para buscar una oportunidad y esto ocurrió desde el lunes pasado.
- Te recomendamos Así es el proceso de envasado de la vacuna anticovid de AstraZeneca en México Política
“El amigo que me dijo que vino a ponerse la vacuna ayer (lunes), me dijo que nada más tenía que traer la credencial del INE de mi mamá y que no había problema en cuanto a la localidad o territorialidad”, señaló, Gilberto Nieto, hijo de Guadalupe.
Algunos vecinos comentan que, por la desinformación, las personas no han querido acudir a vacunarse y es que “en el Facebook dicen que es para matar a los ancianos”.
“Muchos dicen que no, que, porque con la vacuna los están matando o los van a matar, no sé qué, es lo que está pensando y por eso mucha gente no quiere vacunarse”, señaló Gabriela Rodríguez.
Incluso, algunos mencionan que aún no creen en este virus que ha dejado más de 100 mil muertos en el país.
“No creemos, pero vemos muchos difuntitos así que... ¿Qué otra cosa podemos hacer? Vacunarnos en calidad de mientras”, opinó Domingo Meza.
Guadalupe entregó sus papeles y dos horas después salió contenta, y agradeciendo a Dios la oportunidad de recibir inmunización.
“Sí, sí duele bastante, pero vale la pena porque es su vida y aunque duela mucho es para el bien de nosotros. Si les da la enfermedad es por la necedad de no vacunarse y cuando la están dando gratis y no queremos”, concluyó.
FS