“Acudí al Hospital General del Norte para recibir la vacuna contra el covid-19, para que me brinde salud y le pedí mucho a Dios que me diera fuerza para aguantar el piquete y la dosis, pero si le pido mucho a las personas que se cuiden que no salga de vacaciones porque en este periodo a la gente se les olvida y ya están de fiesta. Debemos tener mucha fe en Dios y cuidarnos para salir de esta pandemia. No he salido desde hace un año”, expresó la señora Mercedes Cueto Becerra de 92 años.
En entrevista con MILENIO Puebla, recomendó a todas las personas a no bajar la guardia y reforzar todas las medidas sanitarias en casa y al salir, pero convocó a los jóvenes no salir de vacaciones, ni acudir a fiestas.
“Le he pedido mucho a Dios que se detengan los contagios y que arregle esto, pero la gente no entiende y ya se van a pasear, a ver si no traen más contagios al estado”, destacó la persona de la tercera edad.
Con el apoyo de sus familiares, resiste el viento que se ha registrado en la zona del norte de la ciudad, pues después de altas temperaturas en la capital, este jueves 1 de abril hay fuertes vientos.
Sentada en una silla a un lado de su andadera, debido a que la edad ya no le permite valerse por sí misma, en sus ojos se ve una luz de esperanza y tranquilidad al saber que ya recibió la dosis.
Asimismo, compartió que esta pandemia es una enfermedad muy fuerte, pues no había vivido esta situación:
“Nunca había vivido esto y tuve mucho miedo, por tanta gente que se ha muerto, yo creí que era el fin del mundo, de repente uno cree que no saldrá de esta, pues el virus es muy fuerte, por ello debemos entender y seguir con los cuidados”.
Ante esto, resaltó que desde el comienzo del virus no ha salido de su casa, por tanto siguen reforzando las medidas sanitarias para evitar el contagio.
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Estamos en las manos de Dios, no debemos tener miedo: Carmen Astudillo
Para Carmen Astudillo Torres al recibir la dosis fue como recibir una vacuna para prevenir cualquier enfermedad, pues aseguró que no tiene miedo, toda vez que está en “manos de Dios”.
“La gente debe tener confianza en Dios y esto que está pasando era necesario porque debemos cambiar mucho. Yo no tengo miedo porque estoy en manos de Dios y la gente debe tener más paciencia con los de la tercera edad, pues ya no hay humanidad”, agregó la entrevistada.
Acompañada de su hija, esperó con paciencia su turno para la aplicación de la dosis y refirió que la gente tiene que ser ordenada para que este proceso se desarrolle de la mejor manera sin contratiempos.
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