Ubicado en el centro de la Sierra Poblana, el municipio de Huauchinango destaca por su cultura, su gastronomía, sus artesanías, el eco turismo y sus tradiciones; una de las más importantes es la celebración al Señor en su Santo Entierro, patrono del pueblo.
El recinto que resguarda la imagen, es a simple vista sencillo, pero con un gran significado para sus fieles. Entre su decoración se encuentran los tradicionales abanicos; al fondo, una cruz; de lado izquierdo, un arco elaborado con semillas y a la derecha; un mural que plasma la historia de este sitio.
Mural de la fe
Fue pintado por el artista local Raúl Domínguez Lechuga en 1989 y representa la evangelización en Huauchinango; ya que narra los sucesos que han marcado la historia del lugar desde la construcción de la Iglesia, el descubrimiento de la imagen, la procesión en los principales barrios de la ciudad y las fiestas patronales.
El templo fue construido entre 1534 y 1550, dedicado a la Virgen de la Asunción, posee una torre con campanario y capilla en la que destaca la representación del Señor Jesús en su Santo Entierro.
Elizabeth Rodríguez, reina de la edición 84 de la Feria de las Flores, compartió que de acuerdo a la leyenda; una noche de mal clima llegó a la iglesia un hombre que pedía posada, él traía una mula y una caja grande.
El sacerdote le dio de comer y un lugar para dormir, al día siguiente ni el hombre ni la mula estaban en el lugar. A pesar de que en su momento decidieron no abrirla, a los pocos días la inquietud ganó, los fieles se percataron que guardaba la imagen del Señor Jesús.
Se dice que aunque trataron de llevar la imagen a otro templo, el cajón siempre volvía, por lo que, decidieron quedársela y que la imagen fuera el santo patrono del lugar.
Procesión
Cada año, antes del inicio de la Semana Santa, celebran al patrono del pueblo con varias peregrinaciones en las que se recorren los cuatro barrios del municipio: el Barrio de San Juan, Santiago, Santa Catarina, Cristo Rey, Sagrado Corazón y San Francisco.
Durante diez días, la imagen de Jesucristo recorre las calles de la ciudad para que esta pueda ser santificada.
"Hacen organizaciones para recibir a nuestro Señor en su Santo Entierro en altares, son comunidades muy unidas, todos se organizan para esta celebración", mencionó Elizabeth.
Estas peregrinaciones van acompañadas por danzas tradicionales, la más representativa es la de los abanicos. De acuerdo a Elizabeth, se practica desde 1920 y su vestuario se distingue por un colorido tocado elaborado con papel china.
"Es la única danza que sale con el Señor en su Santo Entierro, no bailan más que para él" mencionó Alma Lizbeth Echeverría, subdirectora de turismo del municipio.
Las alfombras coloridas de aserrín, no pueden faltar en esta tradición, María Elvira Fragoso explicó que desde hace 50 años se realiza una gran alfombra en el corredor que dirige al panteón de la localidad, este año participaron 14 personas para su elaboración.
El 10 de marzo es el día más importante de la celebración por lo que la imagen del Señor Jesús en su Santo Entierro peregrina del templo al panteón.
Feria de las flores
Desde 1938, con motivo de esta festividad, cada año se realiza la Feria de las Flores. Se trata de nueve días de celebración que comienzan con los honores al santo patrono del pueblo, el Señor en su Santo Entierro, considerado el protector de los caminos y los arrieros.
Es una ocasión muy especial para que se reúnan los floricultores de la región y de muchos otros lugares del país, porque se exponen todo tipo de plantas y flores de ornato; en especial azaleas, la flor emblema del municipio; además, hay música, baile y juegos de pirotecnia.
Entre las alfombras de flores y el desfile de carros alegóricos, Elizabeth Rodríguez, reina de la feria de este año, saluda a los asistentes.
La capilla de la Virgen de Guadalupe y el templo de Nuestra Señora de la Asunción
Este pueblo mágico cuenta con otros dos templos representativos, la Capilla de la Virgen de Guadalupe; en este espacio se celebran los bautizos de los nuevos integrantes de la comunidad; y la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, que tiene la tercera cúpula más grande en Latinoamérica.
En su interior destaca la Virgen de la Asunción rodeada de un mural que representa la flora y fauna de la zona; llama la atención su azul y gigantesco domo, y mientras la mirada se acostumbra a tanta inmensidad, en el centro cuelga un candil de esferas plateadas como si de minúsculos planetas se tratara.
Huauchinango es pueblo mágico desde 2015, Alma Lizbeth Echeverría, subdirectora de turismo del municipio, comentó que este año la localidad participa en el concurso nacional "Experiencias de México" en el que compite con 133 pueblos mágicos.
La cocina típica deriva de usanzas mestizas e indígenas. Algunos de los platillos típicos más representativos y que podrían darle el reconocimiento de "Mejor Gastronomía" son los tamales de puñete de papatla, elaborados en la comunidad Cuacuila; así como la famosa salsa de chiltepín con cacahuate molido, una verdadera delicia.
La historia de Huauchinango
El nombre de este municipio se traduce en lengua náhuatl como “en la muralla de los árboles”, y se localiza a 153 kilómetros de la ciudad de Puebla, en la llamada Sierra Mágica; sus primeros pobladores se establecieron en el año 1116 y eran de origen Chichimeca.
Xolotl ordenó a su hijo Nopaltzin buscar un lugar para establecer su propio imperio y se asentaron a orillas del río Texcapalapa, hoy río Texcapa, el cual bordea esta población.
El único vestigio que se conserva de esa época en Huauchinango son los cuatro cerritos artificiales ubicados en la colonia El Cerrito, así como la piedra de los sacrificios que se encuentra actualmente en la Sacristía del Convento Agustino de la ciudad.
Otros atractivos
En las orillas de la laguna de Tenango se filmó Tizoc en 1956, protagonizada por Pedro Infante y María Félix y dirigida por Ismael Rodríguez Ruelas.
Otro atractivo son las zonas naturales de Huauchinango, donde se puede practicar ciclismo de montaña, paseos en lancha, pesca, safari fotográfico y senderismo.
CHM