Sin la presencia de devotos ni la acostumbrada verbena popular de otros años, así lució este 12 de diciembre el Templo de Nuestra Señora de Guadalupe, mejor conocido como "'La Villita" de Puebla.
Así lo pudo constatar MILENIO tras realizar un recorrido afuera del inmueble, que por instrucción de la Arquidiócesis de Puebla y del arzobispo, Víctor Sánchez Espinoza, fue cerrado al público el día de los festejos a la Virgen de Guadalupe como medida de prevención ante el repunte de contagios de covid-19.
Contrario a 2019, en esta ocasión no hubo fieles católicos que pretendieran ingresar a la Iglesia para cantarle 'Las Mañanitas', rezar o agradecer a La Guadalupana alguna encomienda personal que haya sido cumplida a lo largo del año.
Tanto devotos como vendedores ambulantes atendieron el llamado del gobierno del Estado y del Ayuntamiento de Puebla, que previo al 12 de diciembre exhortaron a la ciudadanía a celebrar el día sin realizar o acudir eventos masivos, como bailes, misas o fiestas populares.
Tanto el atrio del edificio como el Paseo Bravo lucieron sin aglomeraciones, solo con la presencia de familias y turistas que se animaron a disfrutar del día en las calles del Centro Histórico.
mpl