Zacatlán de las Manzanas, uno de los nueve Pueblos Mágicos de Puebla, posee atractivos turísticos que reflejan sus tradiciones y raíces, entre los que destacan el Museo del Vino, el Vitro Mural y la fábrica de relojes Centenario.
En el primer caso, fundada en 1920, La Primavera es la primera fábrica de licores asentada en Zacatlán y destaca porque conserva los muebles originales desde su apertura. Actualmente, es el negocio más antiguo en este Pueblo Mágico, cuyo iniciador fue Ernesto Martínez.
En este espacio se producen todos los vinos y licores tradicionales de la región, añejados en barricas de roble blanco y a la par alberga al Museo del Vino, en el cual se puede aprender sobre los procesos de fabricación y producción de esta bebida.
Flor de María Juárez Ayala, guía del recinto, informó que en exhibición se encuentra la maquinaria para producir estos productos de manera artesanal:
“Es fábrica y museo hoy en día. (Están) Las barricas y la maquinaria. Hasta la fecha todo se sigue utilizando como tal”.
Detalló que los visitantes pueden observar las herramientas con las que se extraía el jugo de las frutas antes de la llegada de la prensa hidráulica. También están expuestas las barricas cuyas edades oscilan entre los 80 y 100 años. Se importaron de Italia y España y tienen capacidad para 300 y 400 litros.
Respecto a su historia, contó que la fábrica “la inició el señor Ernesto Martínez. Él puso la fábrica en este lugar y después la siguió su sobrino, Germán Morales, y hoy en día la sigue su hijo, quien se llama igual: Germán Morales”.
La guía aseguró que esta fábrica es la creadora del licor “14 Tortillas”, bebida hecha a base de 14 hierbas, mismas que omitió citar pues los ingredientes son un secreto. Su inventor fue Ernesto Martínez.
“Lo único que puedo decir es que está hecho de 14 diferentes hierbas. Se dice que si te llevas una botella, te llevas un pedacito de Zacatlán”.
Respecto al nombre del digestivo, narró que se dio luego de que su creador lo compartió con sus amigos y uno de ellos, tras paladearlo, le aseguró: “Después de tomarlo, podría comerme 14 tortillas”, lo que le inspiró para ponerle tal nombre.
Posponen celebración
En cuanto al museo, Flor de María Juárez Ayala señaló que tiene poco más de ocho años de operaciones:
“Este año iba a realizarse un festejo por los 100 años de La Primavera, pero por la pandemia ya no se pudo hacer. Esperamos que el otro (año) se pueda realizar e igual poder festejar, porque ya está la fecha cercana del aniversario del museo”. Adelantó que, tentativamente, la celebración sería entre marzo o abril.
Respecto al recorrido, dijo que en la primera parte se muestran los dos primeros procedimientos para la preparación de un vino o licor: la destilación y la maceración.
La destilación consiste en poner en una caldera el alcohol de caña o refino, así como la fruta, hierba o semilla con la que se vaya a realizar la bebida. En la parte de abajo se le coloca un quemador o petrolero que al estar encendido permite que se logre el punto de ebullición.
“Todo el vaporcito va a subir por el cuello del cisne y terminará en el serpentín. Este recipiente deberá estar lleno de agua fría para que cuando vaya bajando haga una condensación y el nuevo líquido vaya bajando a nuestro recipiente. Se deja reposar tres meses y al finalizar le agregamos un jarabe endulzante, mejor conocido como azúcar derretida, y estará listo para el consumo”.
Expresó que los dos procedimientos se utilizan, siendo el segundo el que más se emplea para la producción con capulín, fresa y la pulpa de maracuyá.
En la siguiente sala del museo se apreciaron las barricas, así como una sala de reposo y la muestra del escudo familiar. En una de las paredes del museo se encuentra el escudo de armas que tiene inscrita la siguiente recomendación: “Honremos a nuestros padres y a nuestros antepasados en su descendencia”.
Visitas nacionales y extranjeros al Pueblo Mágico
La representante del sitio presumió que el número de visitantes previo a la contingencia era alto, pues se registraban grupos de hasta 30 personas por recorrido, la mayoría de otras entidades y del extranjero:
“Actualmente todo se cayó en un 50 por ciento, pese a ello aún tenemos visitas de otros países, recientemente vinieron desde Italia y Japón”.
Recordó que La Primavera produce seis vinos, el más tradicional es el de manzana. En licores, el más destacado y sello de la casa es el ya citado 14 Tortillas.
La producción anual estimada es de 10 mil litros solo de fruta dura, mientras en la llamada fruta blanda llega a ser de 5 mil litros. Por último, Flor de María enfatizó que la producción está enfocada al mercado local.
Representan historia con Vitro Mural
Para conmemorar los 300 años de la fundación de Zacatlán -de acuerdo con un documento que data del 7 de diciembre de 1714- y mostrar sus atractivos turísticos y naturales, como las cascadas, los ríos, el valle de las piedras encimadas y la neblina que cubre a diario el ir y venir de los pobladores, en 2014 se inició la construcción de su Vitro Mural.
Dicha obra engalana el Panteón Municipal y el Paseo de la Barranca de Los Jilgueros, donde se localiza El Mirador, uno de los emblemas del municipio, junto con la manzana, la dehesa de la región.
Fabricado con pedazos de mosaicos de diversos colores, azulejos, talavera, vidrios y espejos reciclados, el mural se llevó a cabo en diversas etapas hasta concluirlo el 8 de octubre de 2016.
Sobre tres muros del cementerio “cerca de 400 metros de longitud”, se plasmó el trabajo voluntario de mil 500 lugareños.
La idea fue de la presidenta del Colectivo Yolpaquilis Murales Zacatlán, Mary Carmen Olvera Trejo.
Al frente del panteón se colocaron imágenes religiosas y pasajes bíblicos que muestran La Creación, El Paraíso de Adán y Eva, La Anunciación del Ángel, El Nacimiento de Jesús y unas alas de ángel.
A un costado se diseñaron manzanas y diversas efigies que aluden a la historia del municipio, como un reloj que hace referencia a la tradición relojera de la familia Olvera y las cascadas de Tulimán.
En el muro frente al Paseo de la Barranca, se observa El Templo Conventual Franciscano, el Reloj Floral, La cascada de Tulimán, el Valle de Piedras Encimadas, La Manzana de Bienvenida a Zacatlán, Los Paredones, el Xiuhtec, el códice Mendocino, la Cascada de San Pedro, el Altepetl, el glifo que representa al señorío de Zacatlán; y una mujer campesina.
Mientras, otra parte está dedicada a dioses prehispánicos, que hablan de su relación con la vida y la muerte.
Reflejan el tiempo a través de museo
En 1919, en Zacatlán inició operaciones la fábrica de relojes Centenario, fundada por Alberto Olvera Hernández. Dicha factoría en un principio estaba destinada a la producción de piezas monumentales.
Actualmente, dicho inmueble, localizado a dos cuadras de la plaza cívica, está convertido en un museo donde se muestran los diversos relojes y obras. Además, se ofrece un show diario de piezas autómatas, que operan por el mecanismo de un reloj.
Se trata de siete maniquíes ataviados con trajes regionales que adecuan su movimiento a música tradicional, saliendo uno a uno para luego unirse todos en una canción final.
De acuerdo con el museo, en 1909, Alberto Olvera, de entonces 17 años de edad, se percató de que el reloj de chimenea de su hogar se había descompuesto, por lo que decidió repararlo.
Esto le dio las bases para construir después su primer reloj monumental, el cual marcaría las actividades laborales y sociales de los trabajadores de la finca paterna, ubicada en el barrio de Eloxochitlán.
En 1918 construyó otro reloj. Esta vez solo tardó un año en terminarlo e instalarlo en Chignahuapan. Este fue el parteaguas para el nacimiento de su empresa.
En el museo se exhiben réplicas de relojes que se utilizaron hace 2 mil años, su historia y evolución, así como réplicas de los obeliscos clásicos de Italia y otros objetos de diversas formas, pesos y tamaños que sirvieron para medir el tiempo de civilizaciones antiguas.
mpl