Andrea Lezama Bonilla, quien abandera el primer caso de violencia vicaria en el estado de Puebla, acusó directamente a Fabiola Romero Aguirre, agente del ministerio público por presionarla para que otorgue el perdón a su agresor Ricardo N., su ex pareja que le arrebató a su hijo desde hace seis años, cuando el menor tenía un año con diez meses de nacido y que ya volvió a sus brazos.
Antes de ingresar a Casa de Justicia del Estado, para una audiencia con su agresor vicario, reveló que Ricardo N. solicitó una suspensión condicional al proceso, misma que implica su libertad mientras se lleva a cabo el proceso, a decir de Andrea, también vocera del Colectivo CAM-CAI pondría en riesgo su seguridad y la del menor.
"Él quiere solicitar una suspensión condicional del proceso, misma que si es otorgada va a representar un peligro para mi hijo y para mi, al respecto, quiero denunciar que Fabiola Romero Aguirre, agente del ministerio público, titular de la mesa de licitación número cinco de la unidad de investigación de delitos contra la familia de la Fiscalía en Investigación de Delitos de Género contra las mujeres me ha insistido en otorgar el perdón a mi agresor sin importarle la protección de mi hijo ni la perspectiva de género", reveló.
De igual forma, acusó que la funcionaria solicitó la vinculación a proceso por sustracción del menor y no por violencia vicaria, lo que podría generar su libertad condicionada. Resaltó que las autoridades no le han otorgado las medidas de protección que solicitó, ya que teme por su vida y la de su hijo.
Hace unas semanas, fue el primer encuentro con el menor, tras seis años separados, actualmente el niño tiene ocho años y en este periodo sufrió de violencia por parte de su padre por lo que reciben atención psicóloga por parte del Sistema Estatal DIF.
"Desgraciadamente también supe que él tuvo que pasar por muchas carencias, como muchos agresores lo hacen, se los llevan nada más para hacerlos sufrir y en efecto, así fue, estamos tomando terapias psicológicas en el DIF y vamos con nuestro proceso, con nuestro seguimiento", manifestó.
Dijo que el reencuentro fue un tanto difícil, ya que era una total desconocida para el pequeño, pero ya están trabajando para mejorar esta relación de madre e hijo.
"Al principio no quería hablar conmigo, tuvieron que platicar con él, decirle cómo estaba la situación, la primera vez que nos vimos él me preguntó: cómo me llamo, qué es lo que hago, porque para él soy una completa desconocida, el tenía un año diez meses cuando fue sustraído y regresa conmigo a la edad de ocho años", finalizó.
AAC