Escultura de Virgen en Chignahuapan, la más grande de Latinoamérica

La escultura de la virgen está tallada en madera de cedro y mide 12 metros de altura; se trata de la imagen religiosa bajo techo más grande de México y Latinoamérica.

La escultura de la virgen en Chignahuapan es obra del escultor y pintor poblano José Luis Silva. (Andrés Lobato)
Rafael González
Puebla /

Enclavado en la Sierra Norte de Puebla, Chignahuapan cuenta con varios atractivos turísticos, entre ellos, la imagen religiosa bajo techo más grande del país y Latinoamérica, con 12 metros de altura: la Virgen de la Inmaculada Concepción de María, tallada en madera de cedro y obra del escultor y pintor poblano José Luis Silva.

Desde afuera, la construcción de cantera negra con motivos marianos parece un templo más. Sin embargo, por dentro, la escultura complementada con una corona de un metro de alto con incrustaciones de piedras preciosas y bañada en oro, que fue colocada en el 1999, deja sorprendido a fieles y visitantes. Cabe señalar que en dicho año se le dio el título de Basílica Menor al edificio católico y el de ciudad a Chignahuapan, que en la actualidad ostenta también el reconocimiento como Pueblo Mágico.

Santuario de la Virgen de la Inmaculada Concepción en Chignahuapan. (Andrés Lobato)

Construcción del recinto

En 1960 el padre Idelfonso Illescas Pichardo, al ver que su parroquia era insuficiente para albergar a la cantidad de fieles que acudían, tomó la iniciativa de construir un templo más grande para albergar a los feligreses. Doce años después, el 12 de mayo de 1972, la imagen y el recinto religioso fueron inaugurados.

Como parte de los trabajos, el párroco Illescas encargó al escultor José Luis Silva que hiciera una imagen de la virgen, y juntos diseñaron cómo debía ser la escultura tallada en madera de cedro rojo. Originalmente no estaba contemplado el niño Jesús en los brazos de la virgen en el diseño, ni la corona.

En un tercer diseño se proyectó que la virgen llevara en brazos al niño Jesús portando una paloma en la mano izquierda, tal y como ahora se puede apreciar.

Para dar un mayor significado a la imagen, Silva agregó la escena en la que Adán y Eva pierden el paraíso. También se consideró que la virgen posara su planta sobre el mundo, para reafirmar su reinado de amor sobre toda la creación, mientras que los rayos que la rodean evocan la luz de Cristo.

El resultado de este trabajo fue la imponente imagen, la cual fue bendecida el 22 de marzo de 1972 por el obispo de Tulancingo, Esaúl Robles Jiménez.

En 1990, la escultura atrajo la mirada del Vaticano, pero hasta 1999 fue entronizada por parte del Papa Juan Pablo II con el rango de Basílica Menor y la Coronación Pontificia de la imagen.

La celebración de la virgen se celebra cada 8 de diciembre. Para este festejo el templo se decora con flores y se coloca un imponente tapete hecho con flores y aserrín.

El 12 de mayo de 1972, la imagen y el santuario fueron inaugurados. (Andrés Lobato)

Características del inmueble

Como parte de las peculiaridades de este inmueble, es importante mencionar que se trata de uno de los pocos templos que no tiene un Cristo en el centro, sino la imagen de una virgen.

Dentro de la basílica se encuentra una serie de cuadros que muestran la vida de la virgen, adornados con vitrales y un mural en el techo elaborado por artistas locales. También destaca su vitral policromo que representa la Anunciación de María.

En la parte externa se puede ver la imagen de la virgen al pie de una de las torres de la Basílica menor, apreciar sobre un montículo de rocas y una fuente. Al parecer, es un añadido que se realizó como un decorado al inmueble. En la parte exterior trasera, se encuentra un mosaico bizantino monumental con la imagen de la virgen.

Aunque se carece de una cifra oficial o comprobable, se estima que, al menos, cinco mil turistas visitaban cada mes el recinto antes de la pandemia, aunque en diciembre pueden ser más de 15 mil, lo cual convierte al templo en uno de los centros religiosos y turísticos más importantes de la región.

Santuario del honguito en el barrio de Ixtlahuaca, Chignahuapan. (Andrés Lobato)

Un hongo movió a fieles para construir un santuario

Por otra parte, en el barrio de Ixtlahuaca, Chignahuapan, se encuentra el Santuario del Honguito, un templo que alberga un hongo petrificado encontrado en 1880.

En esa trufa se pueden apreciar varias imágenes que reflejan a un Cristo crucificado, al que los fieles católicos le nombran “Nuestro Señor del Honguito”. El 3 de mayo de cada año se realizan actividades festivas como bailes y misas en honor a dicha deidad.

En la actualidad, el santuario lleva por nombre Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, debido a que frente al recinto se montó una gran estatua del profeta católico. A pesar de ello, la mayoría aún la conoce como el Santuario del Honguito y cada 24 de julio se lleva a cabo una procesión folclórica con caballos por las calles del pueblo, en honor a aquella inexplicable revelación.

En 1975, Gastón Guzmán, entonces integrante del Laboratorio de Mitología del Departamento de Botánica de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN; Roger G. Wasson, investigador del Long. Ridgc Road, Danbury, Connecticut; y Teófilo Herrera, del Departamento de Botánica del Instituto de Biología de la UNAM, realizaron una investigación y publicación sobre la seta en la que incluyeron parte de su historia.

Hongo petrificado que es objeto de adoración por sus grabados. (Andrés Lobato)

Los investigadores contaron que “según la información recabada a través de Esteban Rojas y Cándido Arroyo, el honguito de la iglesia (…) fue hallado por Dolores Rojas en un bosque cerca de Chignahuapan”.

Narraron que el señor Dolores era un humilde calero. Los informantes eran parientes cercanos del calerito, quienes habían servido a la iglesia como sacristanes durante su juventud.

Precisaron que el lugar del hallazgo del hongo se denomina como Barranca de Ocochihtiaya y está situado cerca de la ranchería de Teotancingo.

Contaron que el hongo “presenta una interesante grabación en la superficie inferior del sombrero. En dicho dibujo se puede reconocer un crucifijo, con una media luna y un sol a los lados derecho e izquierdo, respectivamente; el sol con facciones humanas”.

​Indicaron que “debajo de este último se leen las siglas ‘Sto’. En la base del Cristo está dibujado un pequeño cráneo humano y en el margen superior izquierdo de toda la grabación se reconoce apenas la cifra ‘80’. Existen además, por aquí y por allá, pequeñas estrellitas”. Según los informantes y vecinos de la región, “el hallazgo hecho por el calerito, con el dibujo, constituye un milagro, por lo que el honguito es objeto de adoración”.

En su texto marcan: “El hallazgo del hongo parece que ocurrió a mediados del siglo pasado (…) Es probable, dada la inscripción de ‘80’ en la aludida grabación del hongo, que el hecho haya ocurrido en 1880”.

Expresaron que el calerito guardó el hongo en su casa:

“Donde lo cuidó y adoró por mucho tiempo. Después de su muerte, el hongo pasó a manos de su pariente Jesús Ruiz, quien también vivió en la misma casa con el honguito. Más tarde, Elisea Portilla recibió el hongo; ella fue ‘Hija de María’, grupo religioso de la Iglesia católica, y le construyó al hongo un oratorio en los anexos a la antigua casa del calerito. Antes y durante este tiempo, el hongo era llevado frecuentemente a las casas donde lo solicitaban, para ayudar a curar enfermos o defender los hogares del mal”.

Añadieron que la época de la Hija de María fue alrededor de los años 20. En 1928, cuando terminaba la guerra de los cristeros, llegó a Chignahuapan el cura Ismael García González para hacerse cargo del templo.

Interior del santuario del honguito. (Andrés Lobato)

mpl

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