Beatriz Leonor Nieto fue agredida por los pasajeros del vuelo VB1017 de la aerolínea Viva Aerobus, luego de que las azafatas afirmaran en voz alta que estaba contagiada de covid-19. Tras hora y media de discusión, la mujer decidió abandonar el avión, pues el personal de la aerolínea ya había bajado su equipaje y la amenazó con llamar a la Guardia Nacional.
El pasado 2 de diciembre, Beatriz viajó a Mérida para encontrarse con su esposo. Al abordar su vuelo de regreso a la capital, en el aeropuerto de Cancún, la mujer de 65 años se percató de que la aerolínea no acataba ninguna medida sanitaria, como la sana distancia o la toma de temperatura.
“La gente se amontona, no la pueden controlar, abordaba por delante y por la parte trasera del avión”, detalló, “yo dije: pues me voy a subir al último, al fin el avión no se va. Pedí por favor que me cambiaran a ventanilla, porque yo no quería estar en el pasillo debido a que pasa muchas gente y eso es un riesgo”.
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El avión estaba prácticamente lleno, resaltó Beatriz en entrevista para MILENIO. Minutos después, los dos asientos de su fila se ocuparon, “la señora que estaba junto a mí se acomodó a sus anchas, se me recargó y yo le dije: señora, por favor, ¿se puede hacer un poquito a un lado para que guardemos la distancia?”.
Beatriz narra que la señora le preguntó si le molestaba que estuviera ahí. A lo que ella contestó que no, pero que tenía un hermano que hace meses se había enfermado y se puso muy mal. "Ése fue mi error”, comentó.
“Hace dos meses uno de mis hermanos, mayor que yo, tuvo coronavirus y estuvo internado en el hospital. Afortunadamente él ya está bien, ya está recuperándose, pero a la fecha no lo he podido ver porque él tiene terror a que lo visiten en su casa, está traumado por esta situación y yo estoy igual. A mis 65 años me cuido muchísimo, iba con mi careta y mi cubrebocas”, explicó.
La mujer sentada al lado de Beatriz dio por hecho que ella estaba contagiada de covid-19 y solicitó a la azafata que le cambiara los asientos a ella y su acompañante. Momentos después, la persona que le había cambiado los lugares, le ordenó a Beatriz descender del avión, quien, desconcertada, se negó.
La sobrecargo en voz alta insistió en que abandonara el vuelo, provocando incertidumbre entre los demás pasajeros. “Me dijo: bájese porque usted tiene coronavirus, la señora me dijo que usted tiene coronavirus”.
La disputa entre bajar o no a Beatriz del avión duró hora y media. El capitán del vuelo advirtió a través del megáfono que, si no se bajaba, no despegarían, lo que provocó mayor molestia entre los tripulantes, quienes comenzaron a agredirla verbalmente. Incluso un pasajero alardeó de tener contactos que la bajarían por la fuerza, asegura.
Además, una sobrecargo amenazó con llamar a la Guardia Nacional, cuyos dos elementos ya se encontraban en la entrada del túnel de abordaje.
Le ofrecieron darle un vuelo para “mañana o pasado mañana”, pero Beatriz se negó. Un sujeto de la aerolínea le solicitó el pase de abordar, le tomó foto y enseguida bajó su equipaje del avión.
“Como yo estaba en la ventanilla casi a la altura del alerón, vi que empezaron a bajar algunas maletas, entre ellas la mía y la dejaron ahí, solamente volvieron a subir las demás y me insistieron que me bajara porque ya habían bajado mi equipaje”.
Beatriz, harta de los ataques, cedió a la demanda de la tripulación. En cuanto abandonó el avión, los pasajeros comenzaron a aplaudir, afirma. Finalmente tomó el siguiente vuelo a la Ciudad de México, donde se sentó en el lugar del pasillo, junto a una persona que también se recargó en ella. En la espera, personal médico del aeropuerto le tomó la temperatura y midió su oxigenación, el resultado: 36° y oxigenación al 97 por ciento.
“Ayer viví una pesadilla en un avión de Viva Aerobus y sigo alterada, porque me sentí tan impotente y amenazada que por la noche no pude dormir y hoy tengo dolor en mi mandíbula, de tanto que contuve mi enojo y frustración”, comentó.
ROA