Más de 80 por ciento de las personas indígenas vive en condiciones de pobreza; y pese a que casi la mitad habitan en zonas urbanas, la mayoría enfrenta una discriminación sistemática permanente, explicó Sylvia Irene Schmelkes del Valle, quien presidió la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).
Durante la inauguración del Congreso Nacional e Internacional de Servicio Social y Voluntariado Universitario, organizado por la Universidad Iberoamericana Puebla, Schmelkes del Valle resaltó que la educación es el proceso de ayudar al otro a crecer en autonomía.
“Si bien la vida en sí misma es un descubrimiento diario, hay cosas que solo pueden aprenderse en la escuela. La educación formal conduce a un aprendizaje difícil de adquirir sin una pedagogía, lo que implica una introducción gradual de habilidades superiores de pensamiento. Un ejemplo de ello es la lectura de comprensión y la escritura, así como el lenguaje matemático”, destacó.
Señaló que la escuela está llamada a ser el entorno ideal para aprender a convivir porque amplía el espectro de la diversidad y permite el desarrollo personal integral, lo que conduce a la formación de valores y conciencia sobre los derechos humanos y democracia.
Schmelkes del Valle aseguró que la desigualdad es el principal problema de la educación en el país y los grupos más excluidos del derecho a aprender son los que habitan en zonas rurales con menos de dos mil 500 habitantes, cerca del 27 por ciento de la población nacional.
“La población más vulnerable es aquella que vive en condiciones de pobreza: 20.7 millones de niños viven en pobreza moderada y cinco millones en pobreza extrema. Otro grupo vulnerable es la población indígena: el 80 por ciento de las personas indígenas vive en condiciones de pobreza. Si bien la mitad habitan en zonas urbanas, estos tienen que enfrentarse a discriminación sistemática permanente”, apuntó.
Agregó que el trabajo infantil es el enemigo de la escolaridad y, pese a que está prohibido por ley, 3.2 millones de niños trabajan; muchos de ellos lo hacen en condiciones de riesgo en diferentes ciudades del país.
Para la socióloga, entre las causas de la exclusión educativa, la experta destacó dos variantes: la distribución de recursos económicos y materiales; y la falta de relevancia en el aprendizaje de los estudiantes.
“Tenemos un modelo de escuela que conforme se va acercando a las zonas de pobreza se va empobreciendo a sí mismo”, lamentó la ex presidenta del INEE.
Ante la realidad educativa, Schmelkes del Valle destacó que los estudiantes y profesores deben conocer la realidad antes de realizar el servicio social con el objetivo de que sus proyectos y acciones impacten de manera positiva en la sociedad.
“Esto debe llevar a la indignación ante lo injusto para comprometerse con las causas en las que se va a colaborar. Todo servicio social es una experiencia fuerte, pero fundamentalmente educativa para ambas partes”, explicó.
El acto de enseñar es un complemento, una vía para lograr un fin último, el aprendizaje, en donde el enfoque intercultural es esencial para todo servicio social porque supone absoluta horizontalidad y reconocimiento explícito del valor de toda persona y de toda cultura, finalizó la investigadora.
mpl