El grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados se manifestó por diferir, al menos hasta agosto de 2022, la discusión y votación de la reforma eléctrica, pues abordar el tema en abril, dos meses antes de los comicios en seis estados, convertiría el asunto en un debate electoral.
“Abril no es el idóneo para una discusión de ningún tipo en materia constitucional, y ¿por qué no nos parece?, pues muy sencillo, porque es escasos dos meses antes de que tengamos elecciones en seis entidades federativas y, entonces, un debate que debe ser técnico y por la nación, pues pareciera y se antojara que sería electoral”, remarcó Rubén Moreira, coordinador de la bancada priista en el Palacio de San Lázaro.
Los estados de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas celebrarán el 5 de junio del próximo año elecciones para renovar a sus respectivos gobernadores.
Moreira sostuvo que una reforma constitucional no puede ser resuelta con un fast-track, en sentido positivo o negativo, por lo que la decisión de las fracciones de Morena, y de los Partido Verde Ecologista de México y del Trabajo de aplazar la reforma eléctrica hasta 2022 le da la razón al PRI.
Esto, luego de que los legisladores de la coalición Juntos Hacemos Historia determinaron en reunión a puerta cerrada ayer, posponer la discusión y votación de la reforma hasta el próximo año.
“Nos propusimos concluir el proceso de reforma eléctrica, que incluye la aprobación en Cámara de Diputados, Senado y al menos 17 congresos locales a más tardar el 15 de abril. Le insistimos a los propietarios y ejecutivos de empresas generadoras que participen en el debate”, puntualizó el líder parlamentario de Morena.
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No obstante, al fijar la posición de los diputados federales del PRI, Moreira subrayó que abril no le parece idóneo a su partido para discutir y votar la reforma eléctrica, pues lo conveniente es que, en su caso, sea después de las elecciones en seis estados y con el tiempo suficiente para analizar los cambios a la Constitución.
LP