La diputada federal, Melba Farías (1955 Monclova, Coahuila), recuerda que cuando le tocó elegir una carrera profesional quería estudiar una que fuera corta y no incluyera matemáticas, pero la vida le deparó justo esa actividad.
Ahora es secretaria en la Comisión de Economía, Comercio y Competitividad e integrante de la Comisión de Igualdad de Género; se considera feminista, aunque aclara que jamás destruiría algo.
¿Con qué México sueña?
Qué hermoso sería un México sin violencia; que retomáramos valores perdidos, con gente muy bien preparada. Que a los niños se les diera más oportunidades, porque si es difícil la vida cuando estás preparada, más difícil es cuando no lo estás. Pero lo principal sería un México sin violencia, porque creo que eso nos da todo: convivir como antes, con nuestras familias, en los parques...
¿Se considera feminista?
Soy feminista por ser mujer, pero tengo valores y ética. No me considero de las que hacen un destrozo o rayan un monumento.
¿A qué mujer de la historia de México admira?
Este es el año de Leona Vicario, una periodista a quien admiro por su valentía. Ella tuvo muchos valores para enfrentar no solo a los hombres, sino a la sociedad.
¿Por qué estudió químico-farmacobiología?
¿La verdad?… Mira, en mis tiempos, te hablo de hace 45 años, en Monclova no teníamos universidad, nada más había preparatoria; entonces salí de la prepa y dije hasta aquí llegué, ya estoy preparada, pero tenía un padre muy exigente y me dijo que debía estudiar una carrera; tal fue la presión que acepté, pero busqué una que no tuviera matemáticas y que fuera corta.
¿No se considera buena en matemáticas?
No es que no me considere buena, lo que pasa es que en la juventud te quieres comer el mundo… pero mírame ahora, llevo más matemáticas que nada. En mis negocios debo tener mucha visión, desde qué compro hasta qué vendo. Tienes que establecer precios. Como diputada es lo mismo, tienes que prever, calcular, si alcanza o no. Lo que pasa es que cuando uno es joven nos causan algo de rechazo las matemáticas.
¿Se dedicó al comercio?
Sigo de comerciante. Trabajé 26 años en una cadena de farmacias, fui gerente, pero tras un accidente me retiré y debí buscar otra opción. Como no podía trabajar de tiempo completo por las fracturas que tuve, empecé a vender cositas en mi casa, después salí a las áreas de venta que en Coahuila llaman pulgas. Así empecé y me gustó. Luego ya tuve negocios formales y ahorita tengo dos tiendas de ropa, pero sigo en las pulgas porque me gusta la cercanía con la gente, eso se te hace más humana.
Si le tocara guiar a turistas en Coahuila, ¿cuál sería el primer lugar al que los llevaría?
Coahuila tiene muchas áreas hermosas, como Cuatro Ciénegas. Acuérdate que este año se cumple un centenario de la muerte de “El varón de Cuatro Ciénegas”, que es Venustiano Carranza. Esa persona, para nosotros en la historia y turísticamente, es muy importante.
¿Tiene algún recuerdo en Cuatro Ciénegas?
No precisamente ahí, pero de la ex Hacienda de Guadalupe, donde se firmó la primera Constitución, sí tengo un recuerdo bonito porque cuando estaba en secundaria hicieron una excursión por el 26 de marzo, aniversario de ese lugar. Ese día se descompuso el camión y tuvimos que dormir en el camión y cerca había muchos coyotes, los cuales todavía los tengo en mi mente.
¿Algún pasatiempo?
Me gusta el beisbol y cuando hay partido pues voy, pero el principal pasatiempo es mi familia, mis nietos, que están hermosos. También me gusta leer y ver televisión. Soy fanática de películas en blanco y negro, porque me parece que tienen mucho contenido humano y social, te dejan algo.
¿Qué es lo que más le gusta del beisbol?
La emoción al ver el juego, ir llevando, como se dice, la emoción desde la primera a la novena entradas, y obviamente ver campeón a tu equipo; pasaron 45 años para que nuestros Acereros quedaran campeones, pero aquí están.
¿Cuál es su película favorita?
Hay una película mexicana que me ha gustado mucho, se llama Simitrio. Es una excelente película porque contiene un mensaje hermoso.
¿Qué significado tiene para usted la familia?
Todo. Para mí la familia es todo. Tengo 43 años de casada, dos hijos y tengo dos nietos y medio… (risas), porque tengo una hija que está embarazada. Creo que la familia es la base todo, de la sociedad, de la casa.
¿Libro favorito?
Ilusiones, de Richard Bach; lo leí de joven y me gustó tanto que lo he leído unas seis veces.