Trabajadores de la empresa Oceanografía denunciaron ante el Senado que sufren de “esclavitud laboral”, pues afirmaron que, desde hace un año, les adeudan 45 millones de pesos en salarios.
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Acompañados de la senadora panista Adriana Dávila, los trabajadores dijeron que la semana pasada se pusieron en huelga de hambre para demandar que, cuando menos, se les provea de alimentos y se les permita bajar a tierra, pues, dijeron, son amenazados por el área de recursos humanos de la empresa con despedirlos sin pagarles los salarios adeudados, tras cumplir jornadas de 28 días de trabajo.
Ante la falta de pago, trabajadores como Efraín González, Mardonio Flores, Daniel Hernández y Hugo Morales, entre otros, viajaron a la Ciudad de México para pedir la intervención del Senado.
“Hubo promesas de acuerdo con Joaquín García, director de recursos humanos, y nos dio largas sin que se nos pagara nada”, dijo Efraín González; Humberto Luengas, capitán del barco El Caballo Pinto.
Acusó que no se les surtía agua, combustible ni comida, y aunque su salario es de 30 mil pesos, ya no regresará porque hace un año que no le pagan .
En ese sentido, la presidenta de la Comisión contra la Trata de Personas, sostuvo que los marineros viven una crisis humanitaria en condiciones de esclavitud laboral. “De verdad en presunta trata de personas” y por ello el tema ya se ventiló en el Senado hace unos meses”, dijo.
Recordó que el actual secretario del Trabajo, Roberto Campa, se comprometió en su calidad de subscecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación a mediar para salvaguardar sus derechos.
Sin embargo, a pesar de que el gobierno devolvió la empresa a sus dueños y dejó de estar en manos del SAE, el problema al menos de 100 de los 300 trabajadores afectados subsiste, porque no se les han pagado desde abril del año pasado los salarios devengados y cuando llega su descanso, después de 28 días trabajados, si no hay personal que los sustituya se les exige quedarse otro periodo, pues si abandonan los barcos no se les pagarán los adeudos.
Dávila Fernández dijo que el SAE tomó el control de la empresa y la devolvió a los dueños en muy malas condiciones, por lo que éstos argumentan que no tienen dinero para pagarle a los trabajadores.
Sin embargo, sostuvo que si el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Sistema de Administración Tributaria (SAT) descongelan las cuentas de Oceanografía, y Pemex le paga los “adeudos exorbitantes” que le debe, o inclusive si la empresa vende barcos aunque sea chatarrizados, podría pagársele a los trabajadores.
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“Lo que yo veo es que hubo toda una estrategia de Emilio Lozoya en su momento para quedarse con esta empresa y ser proveedora de Pemex a través de terceros y este es un asunto de corrupción que está ligado a asuntos internacionales que ya se conocen. Lo que nunca pensaron es que viene un procedimiento de carácter legal que evitó que eso sucediera”.