Convierten Palacio Federal en espacio para innovación

El histórico edificio de correos se transforma y resurge con el Laboratorio Cultural Ciudadano, que mediante la experimentación y trabajo colaborativo pretende solucionar problemas comunitarios

El edificio, construido dentro del estilo art déco, fue inaugurado en 1929 durante el gobierno de Aarón Sáenz. Leonel Rocha
Rosario Cerda
Monterrey /

A primera vista parece que el tiempo se detuvo, en la cima hondean unas banderas amarillas y el estilo art déco sobresale, para muchos pasa desapercibido, pero a sus más de 90 años resurge como el ave fénix.

El Antiguo Palacio Federal o Palacio de Correos, inaugurado en 1929, solo tenía una función para las personas que enviaban cartas, pero hoy su tarea es completamente diferente, pues a través de la experimentación y el trabajo colaborativo pretende solucionar problemas comunitarios.

Hace apenas cinco meses abrió sus puertas al público el Laboratorio Cultural Ciudadano (LabNL) y busca convertirse en un espacio para la innovación cultural.

En sus más de 13 mil metros cuadrados, el LabNL ofrece s una opción para desarrollar proyectos, que pueden ir desde el activismo digital en el arte hasta labores para la purificación del aire para el transporte colectivo, eso sí, siempre con la idea de ser colaborativos.

“Todos los proyectos que hacemos tienen que ir documentados paso a paso, para que luego le puedan dar continuidad en otras partes del mundo o en otras ciudades”, explica Guillermo García, mediador de LabNL.

El representar un refugio y conseguir las herramientas para desarrollar los proyectos no son las únicas ofertas del Laboratorio Cultural Ciudadano, pues también tienen espacios abiertos para que los nuevoleoneses o los visitantes a la entidad puedan encontrar un lugar para trabajar, pues se adecuaron salas y esperan tener lista una biblioteca.

García detalla que los proyectos que se desarrollan en el LabNL son financiados por gobierno del estado y que además se recibe apoyo de especialistas que están dentro del laboratorio.

“Se busca que se traigan semillas (proyectos) para que luego, en comunidad, las personas se puedan sumar y juntas puedan desarrollar una solución a la problemática.
“Cuando decimos que los proyectos tienen que ser colaborativos, justo nos estamos refiriendo a que el proyecto tiene que estar abierto a recibir a todas las personas que puedan estar interesadas en darle solución a esa misma problemática”, explica García.

Los trabajos que aquí se desarrollan deben ser experimentales, pues las actividades que se llevan a cabo tienen el objetivo de presentar soluciones a problemas sociales, y además deben ser no lucrativos.

Además se pretende darle un espacio a la investigación y residencias para artistas que vengan de municipios lejanos o de otros países.

Su historia

El Palacio Federal o Palacio de Correos fue construido entre 1928 y 1930, durante el gobierno de Aarón Sáenz.

Aunque no hay muchos edificios de su tipo, es decir, art déco, comparte día de inauguración con la antigua preparatoria Álvaro Obregón, hoy Prepa 3 de la UANL.

Muchos lo consideran como el primer rascacielos de la ciudad, por tener más de cuatro pisos de altura o 10 niveles, y se edificó con técnicas novedosas de construcción.

La historiadora Juana Margarita Domínguez, directora del Archivo Histórico de Monterrey, explicó que el edificio destacó por su arquitectura, pero más por su vocación.

“Fue muy emblemático, porque albergaba el edificio de correos, pero además por la plaza La República”.

A partir del año 2000 se trabajó en su recuperación, aunque perdió su vocación cultural.

Para su transformación y recuperación cultural, desde 2018, se contó con el trabajo de los arquitectos Manuel Martínez y Héctor Domínguez, así como la asesoría de Carlos Lupercio, investigador de la UANL.

Se cuidó de respetar elementos como pisos, puertas de madera, las escaleras con las cabezas de la serpiente emplumada como remates, así como el friso de la cara sur, entre otros detalles.


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