La condición mayoritaria es clara: se cambia el proceso de selección de la candidatura presidencial de Morena o el proceso se estanca. Al menos cinco encuestadoras, una sola pregunta que no incluya la de reconocimiento, hasta 50 mil y no sólo mil cuestionarios, que se considere a los mexicanos en el extranjero, primarias o debates y separarse del cargo para participar, son algunos de los deseos puestos sobre la mesa.
Los equipos más cercanos de los presidenciables confirmaron a MILENIO que, con excepción de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, el método de selección de la candidatura presidencial anunciada por el presidente de Morena, Mario Delgado no ha sido avalado por las llamadas corcholatas. Por lo que en las últimas semanas han buscado acercarse con él para dejarle claras sus peticiones y, sobre todo, mostrar que la desconfianza no es sólo de un participante.
El canciller Marcelo Ebrard y el senador Ricardo Monreal son los menos conformes con el método y los que comparten más coincidencias en construir un proceso confiable que no quede en manos de la dirigencia del partido. Y aunque el secretario de Gobernación, Adán Augusto López es el que menos se pronuncia públicamente sobre el tema presidencial, la propuesta de una sola encuesta de depuración y una definitiva, tampoco le convence del todo.
Este medio confirmó que Monreal, tras lograr que lo incluyeran en la lista de perfiles para suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador con quien rompió relaciones tras las elecciones de 2021, desde que inició el año convocó a Mario Delgado y a los demás aspirantes para llegar a un método que garantice piso parejo, aunque no todos han aceptado su invitación.
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La intención es que sumen sus coincidencias para que el partido acepte cambiar el proceso ya anunciado públicamente: una encuesta en agosto o septiembre y la finalista en noviembre.
De estas reuniones por separado, encuentros entre operadores y las cartas que han entregado formalmente Monreal y Ebrard a la dirigencia de Morena, las coincidencias son, primero, que la convocatoria que se lance en julio debe estar aprobada por todos y con reglas claras para evitar improvisaciones o inconformidades, y que, además, debe estar claro cómo resolverán los órganos internos del partido las diferencias.
Proponen además, que todo aquel que quiera participar en la primera encuesta, debe separarse del cargo para evitar uso de recursos públicos. Por lo que, para que se registren en julio ya deben haber solicitado licencia a sus puestos. De ser así, a mediados de año, el país se quedaría, al menos, sin jefa de Gobierno en la Ciudad de México, sin el coordinador de senadores morenistas y sin secretario de Gobernación que suple al presidente de la República en casos de emergencia o cuando sale a otro país a cuestiones de Estado.
En el caso de Monreal propone que haya elecciones primarias para que quien se quede con la candidatura tenga mayor legitimidad. Aunque esta propuesta no ha sido respaldada por ningún otro aspirante.
En lo que hay más coincidencias son en los debates para que la ciudadanía pueda escuchar sus propuestas. Sin embargo, quieren que sean antes de la primera encuesta, lo que tendría impedimento legal por los tiempos electorales. Pues al tratarse ya de un proceso interno de selección de precandidatura con propuestas claras de gobierno, sólo podrían realizarlos dentro de los tiempos de precampañas, es decir a finales de año y principios de 2024, contrario a la aspiración del partido de tener candidatura en diciembre.
Una vez cumplidos los pasos anteriores, la encuesta es lo que más genera desconfianza entre quienes aspiran a la Presidencia, sobre todo, por las decenas de inconformidades que se han dado en pasadas elecciones con aspirantes inconformes por los resultados, acusando ante autoridades electorales opacidad y hasta manipulación de resultados.
En este caso, de acuerdo con los equipos más cercanos de los aspirantes, Monreal, Ebrard y Adán Augusto coinciden en que una sola encuesta no basta. La propuesta con distintas variaciones, incluye que cada interesado proponga una encuestadora o que se elijan de forma aleatoria de entre el ranking del Instituto Nacional Electoral y el partido haga la suya como espejo.
Monreal pide agregar encuestadoras de Estados Unidos, Europa o América latina. Mientras Marcelo quiere que las y los mexicanos que viven en el extranjero también participen.
Coinciden en que las preguntas que hace Morena en estos ejercicios no son adecuadas. Apuestan por una sola pregunta: “¿quién quieres que sea el candidato o la candidata de Morena a la Presidencia de la República?”.
Los aspirantes piden, principalmente, que se eliminen las preguntas de reconocimiento pues consideran que se trata de una respuesta subjetiva que es la que afecta en los resultados. Pues la ciudadanía ubicará a los aspirantes por coyuntura más que por su labor o propuestas.
Proponen que no sean mil cuestionarios como sucede siempre, sino que al tratarse del cargo de la Presidencia de la República, sean entre 30 y 50 mil cuestionarios distribuidos en los 300 distritos electorales.
Claudia Sheinbaum se ha mostrada confiada con el proceso, pero incluso públicamente ha coincido en que, para evitar fricciones o rupturas, todos deben aceptar el método.
Mario Delgado deberá reunir en las próximas semanas a todos los aspirantes con una propuesta viable, que reúna las inquietudes de todos, para evitar que en medio del proceso se den resistencias que les impidan avanzar, incluso con juicios electorales que los hagan ir en reversa y no poder llegar a finales de año con una candidatura clara y el partido entero.
aag