La guerra de las corcholatas del presidente Andrés Manuel López Obrador para convertirse en influencers previo a las elecciones del 2024 se ha recrudecido en los últimos dos meses, teniendo a las principales redes sociales como campo de batalla.
En las luchas internas de Morena por la sucesión presidencial, trasladadas a las redes desde hace unos meses, quien sigue llevando la delantera en cuanto a número de seguidores globales es la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, que en agosto ha alcanzado un millón de seguidores en Facebook y en Tik Tok, dio un salto de veinte mil seguidores al pasar de poco más de 28 mil en junio a 57.7 mil en agosto.
Detrás, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, no se quiere quedar atrás. Sigue siendo el rey de las corcholatas en Twitter con 2.4 millones de seguidores frente a los muy cercanos 2.2 millones de Sheinbaum, y ha lanzado una agresiva estrategia en Tik Tok para intentar remontar. Guardando las proporciones, parece estar funcionando, pues en junio tenía apenas 53.1 y en agosto casi dobla la cifra con 92.6 mil seguidores.
La estrategia de Ebrard parece tener al humor como principal arma para captar seguidores en la famosa red social china. En esa cruzada, no le importa hacer bromas a sus propias costillas.
Por ejemplo, durante su viaje a Bolivia como parte de la gira que realizó a Sudamérica para asistir a la ceremonia de toma de protesta de Gustavo Petro como nuevo presidente de Colombia, Ebrard subió un video desde un salar donde se encuentra una importante reserva de litio que visitó tras dialogar con el presidente Luis Arce al respecto.
En el video se le ve vestido de forma casual y con unos lentes de sol (poco comunes en sus incursiones públicas desde que fue jefe de Gobierno hace 16 años).
Musicalizada con la característica canción de la saga de James Bond, se observa una toma del canciller que va de pies a cabeza y después otra muy parecida donde se le ve sonreír, y en toda la secuencia se puede leer la frase: “Me llaman Bond. Marcelo Casaubond”.
La primer corcholata que se destapó como influencer en junio fue precisamente Marcelo Ebrard, que decidió hacer público su número telefónico para que cualquiera pueda enviarle mensajes de WhatsApp (los que, insiste, contesta de manera personalísima) y paralelamente hizo una transmisión en vivo a través de su cuenta de Facebook, donde, con celular en mano, leyó parte de la correspondencia electrónica que le llegaba en ese momento.
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El ritual se ha mantenido en estos meses. Incluso ha compartido contenido donde se le ve en reuniones atendiendo de manera presencial a ciudadanos que se le acercaron con propuestas y peticiones a través de su número de WhatsApp.
Igual que en julio pasado, MILENIO contacto a Ebrard y al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, en los números de WhatsApp dispuestos para estar en contacto directo con la gente. Pero, nuevamente, ni Adán, ni Ebrard han contestado la pregunta: "¿Qué principal cualidad debería tener el próximo presidente de México?".
Sheinbaum también ha continuado con sus transmisiones en vivo en Facebook, donde es la reina absoluta de las corcholatas, ostentando un millón de seguidores; esto si no se toma en cuenta el senador Ricardo Monreal, que oficialmente no es corcholata, aunque suspire, porque él tiene en Facebook más que los otros tres juntos: 3.2 millones de seguidores.
Quizá el video más exitoso de Sheinbaum en este período es uno subido a finales de julio donde canta junto a su actual pareja, Jesús María Tarriba Unger.
El metraje es bastante íntimo. Sheinbaum y Tarriba guitarra en mano cantan Siempre en mi Mente de Juan Gabriel:
“Tú estás siempre en mi mente, pienso en ti amor a cada instante” se escucha cantar a ambos entre sonrisas desde el departamento que comparten al sur de la ciudad y que ya había mostrado en un video de julio.
Ante el embate de Ebrard y de Sheinbaum, que pelean cada centímetro de influencia en redes sociales con la única intención de utilizar esa popularidad para lograr ser el candidato de la continuación en la 4T (que, por cierto, se piensa elegir por medio de encuestas, o sea, un examen de popularidad), la otra corcholata, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, se mantiene al margen.
Desde el Palacio de Covián, el tabasqueño sigue sin incursionar en Tik Tok como sus contrincantes de camino a la candidatura presidencial guinda y en las redes sociales, en las que sí tiene presencia, se mantiene bastante alejado en cuanto a números.
Por ejemplo, en Facebook tiene apenas 85 mil seguidores frente al casi medio millón de Ebrard y el millón de Sheinbaum. En Twitter las cosas no van mejor para el encargado de la política nacional, donde apenas suma 95.3 mil seguidores en contra de los más de dos millones que tienen cada una de las otras corcholatas morenas.
Una vez más, la corcholata que no es corcholata, o sea, Monreal, sigue manejando sus redes sociales de una manera más discreta que Ebrard, Sheinbaum y López. Aunque no hace tantas estridencias como sus contrincantes, sí compite con transmisiones en vivo y bitácoras de su trabajo al frente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República…y de la bancada de Morena.
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