En medio de la contingencia por Covid-19, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) llamó a los empresarios, mujeres y hombres católicos de negocios, a que hagan todo lo posible por mantener el empleo de sus trabajadores, pues aseguró que en los momentos de crisis es donde brilla la verdadera humanidad, responsabilidad y compromiso social.
En una carta dirigida a los empresarios, la Iglesia católica también dijo que es momento que la autoridad civil tome las decisiones solidarias y valientes para que las familias conserven sus empleos y cuenten con lo necesario para trabajar y puedan superar, por su propio esfuerzo y con la ayuda de todos, las crisis familiares que estas circunstancias causan.
“Comprendan que el pueblo espera mucho de ustedes a favor de todos, no espera que cada uno defienda sólo el interés propio”, expresó.
En un mensaje firmado por el presidente de la CEM y Arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, la iglesia manifestó que es necesario que todos los sectores de la sociedad se unan, desde los más necesitados hasta los empresarios más exitosos y las autoridades civiles, incluso, dijo, los ámbitos intermedios de la sociedad civil: asociaciones civiles, universidades, iglesias.
“Unirnos para pensar juntos y tomar las mejores decisiones. Que las autoridades tomen las decisiones más prudentes a favor no de los propios intereses, sino del bien de todos y para ese bien común; que las instituciones educativas, que innegablemente necesitan de recursos económicos, en estos momentos busquen difundir la verdad para todos; que las Iglesias hagamos todo el bien que podamos, no por proselitismo sino por verdadero compromiso con nuestra fe”, señaló.
La CEM recalcó que por más necesidad que se tenga, todos están llamados a vivir honestamente; por lo que todo robo, acto de rapiña, desprecio, abuso y discriminación hiere al pueblo entero e impide superar la crisis, y solo hace más profundo el abismo y más difícil de superar.
“Es mejor aprender a pedir ayuda y tocar puertas, que añadir otro mal al mundo: si alguien tiene necesidad pida ayuda a su comunidad, nadie organice ni participe de la maldad”, manifestó.
En el mensaje, la Iglesia católica dijo que en el contexto de la pandemia muchos experimentan ya las consecuencias del desempleo, la dificultad para acceder a servicios médicos, y de la interrupción de las redes de solidaridad que la cuarentena ha vulnerado y que no se sabe si después podrán continuar.
Advirtió que algunas empresas empiezan a decir a sus obreros y empleados que tal vez no puedan continuar, otras están esperando una estrategia del Gobierno para actuar y, en la espera, ninguno da signos de luz.
“Hermanas y hermanos, nos necesitamos. Es tiempo de unir nuestras fuerzas con mucha fraternidad y solidaridad, con la firme voluntad de ver por el bien de todos. Uno de los aprendizajes en estas calamidades es tomar conciencia de lo interconectados que estamos y que podemos ser factor de esperanza para todos o factor de destrucción de la solidaridad. Todos necesitamos hacernos cargo de la situación, conscientes de que, para sacar nuestro pueblo adelante, todos tendremos que desprendernos de algo”, recalcó la iglesia.