Trabajadoras sexuales que operan en el área metropolitana de Monterrey revelaron que la solicitud de sus servicios ha caído un 90 por ciento debido a la contingencia del covid-19, pese a que han tomado las medidas sanitarias como el uso de cubrebocas y la limpieza constante de las habitaciones.
En entrevistas para MILENIO Monterrey, tres mujeres de la comunidad transexual y dos mujeres indicaron que han tenido que bajar el costo de sus servicios.
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Originalmente por el servicio de una hora cobraban hasta mil 500 pesos, sin embargo, por la poca afluencia en las casas de citas y moteles bajaron el precio a los 600 pesos.
Sofy, una mujer transexual que renta un cuarto en la avenida Francisco I. Madero del centro de Monterrey, y que oferta su trabajo en un sitio web, refirió que sus clientes han dejado de llamarla por la “entrada del pinche virus”.
Al entrar a la habitación tiene un bote de 4 litros gel antibacterial, un par de botellas de aerosol, cloro, cubrebocas y trapos para abrir a los clientes.
“De hecho para las 20:00 o 21:00 ya no hay ni un alma en la calle y sobre las medidas estamos haciendo todo lo posible por tener lo que se recomienda, ante todo el cubrebocas para cuando llegue alguna persona.
“Tienes que cascarearle y pues sí, tienes que acceder a lo que trae una persona, pero pues también con condiciones de las que una pone”, indicó.
Los entrevistados coincidieron que antes de que el coronavirus llegara a Nuevo León solían atender a ocho o nueve personas al día; no obstante, ahora solo atienden a dos o una.
Otra mujer, identificada como Valeria Versace, dijo que ante la baja de clientela solo operan dos horas por la noche y que viven al día.
“Pues limpiamos a cada rato con cloro y así. La verdad ha estado muy solo el trabajo, suponemos que por eso del coronavirus; antes de todo esto pues yo atendía, a lo mucho, ocho personas, y ahora solo una o dos”, comentó.
Nahomi Estopier, quien ofrece su servicio a domicilio o en su departamento, señaló que hay días en los que no atiende a nadie y se las ve “en aprietos” por los gastos.
A su vez, Gabriela J señaló que ella trabaja en el centro de Monterrey y que antes de llegar al lugar trata de llevar consigo un gel antibacterial y cloro .
“Pues nos la hemos visto muy complicada porque es nuestro modo de trabajo y pues varias personas dependen de mí, yo le puedo decir que esto bajó un 90 por ciento; a lo mucho atendía 10 y ahora cuatro o cinco”, aseveró Gabriela.
Alejandra Cano compartió que atendía a nueve hombres por día en un motel del área metropolitana, pero cambió el panorama a uno o dos clientes, pues no le sale rentable el negocio.
Algunas de las mujeres entrevistadas comentaron que de ellas depende su familia; otras refirieron que donde habitan les rentan un cuarto en mil 200 pesos semanales, más los servicios, y comida que deben tener para ellas.
El 17 de marzo, el gobierno de Monterrey anunció que deberían permanecer cerrados hasta nuevo aviso los antros, bares, discotecas, cervecerías y billares para evitar la propagación del covid-19.
Ellos también la sufren...
Un joven universitario llamado Daniel, quien labora en su departamento ubicado en Félix U. Gómez, aseguró que tomó todas las medidas necesarias impuestas por el gobierno federal.
“Desde que se declaró la pandemia no hemos atendido a ningún cliente para evitar algún contagio al salir a verlos y más porque nos exponemos o los exponemos a ellos, desde atenderlos en un hotel a donde pues va mucha gente”, dijo el joven.
Otro joven que se identificó como Iván y que opera en el mismo sitio, subrayó que el negocio para los hombres cayó 100 por ciento a raíz de la recomendación federal de mantenerse en casa.
“Atendía de uno a dos por día dependiendo si era fin de semana pues eran más o si era quincena o no; por lo general en mi domicilio (trabajamos) o en el domicilio del cliente que nos llama”, precisó Iván.
En una página conocida de la localidad se informó que “si su gobierno le obliga a quedarse en casa, desde… pedimos que cumplan con las indicaciones, #QuédateEnCasa”.
En la calles Reforma y Villagrán, así como en la avenida Franciso I. Madero, y cerca de la colonia Garza Nieto se constató que las calles lucían desiertas con poca afluencia de personas en las casas de citas.