La bancada del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Senado propuso modificaciones a la Ley General de Salud para elaborar cuanto antes un Plan Nacional de Protección de Salud Mental para ciudadanos y personal que atiende a los enfermos por el coronavirus covid-19, al alertar que el aislamiento, aumento de enfermos, personas fallecidas, estrés en los hospitales y otras situaciones están provocando una perturbación psicosocial que urge atender.
En entrevista, el coordinador perredista Miguel Ángel Mancera hizo notar que ya no se trata solo de agresiones al personal de salud en las calles, sino que dentro de las propias familias hay crisis de ansiedad y depresión por la cuarentena, que se va a duplicar porque todavía falta el mes de mayo.
“Urge darle facultades al Consejo de Salubridad General para reorganizar todos los servicios que prestan ya de manera desarticulada instituciones académicas, de salud, en los estados y no tiene costo. Es solo ponerse de acuerdo y organizarse”, resaltó.
La iniciativa, turnada a comisiones del Senado, propone adicionar un artículo V Bis para que el Consejo de Salubridad pueda elaborar el Plan Nacional de Protección de la Salud Mental de las personas intervinientes y auxiliares, así como de todas aquellas que hayan resultado afectadas en la acción extraordinaria en materia de salubridad general.
La atención iría dirigida particularmente a las personas enfermas sin importar su edad; a quienes padecieron la enfermedad y lograron sobrevivir; los intervinientes y auxiliares que intervinieron durante la emergencia sanitaria; y a aquellos que perdieron a algún ser cercano y no pudieron despedirse de él con dignidad.
Dicho plan deberá respetar en todo momento la dignidad de la persona sin importar su edad y en su articulado transitorio plantea que el Consejo se deberá reunir dentro de los 45 días naturales siguientes al de su publicación en el Diario Oficial de la Federación para establecer los principios básicos que deberán integrarse en el Plan.
En los considerandos se hace notar que la Organización Panamericana de la Salud emitió un estudio denominado “Protección de la Salud Mental en Situaciones de Epidemias”, en el que se advierte que una epidemia de gran magnitud implica una perturbación psicosocial “que puede exceder la capacidad de manejo de la población afectada”.
“Puede considerarse, incluso, que toda la población sufre tensiones y angustias en mayor o menor medida. Así es que se estima un incremento de la incidencia de trastornos psíquicos y entre una tercera parte y la mitad de la población expuesta podrá sufrir alguna manifestación psicopatológica, de acuerdo a la magnitud del evento y el grado de vulnerabilidad”.
Aunque no todos los problemas psicológicos y sociales que se presentan podrán calificarse como enfermedades, la mayoría serán reacciones normales ante una situación anormal, al estar ante situaciones como la muerte múltiple y sentir que no se logró salvar esas vidas.
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