Un equipo interdisciplinario de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizará un protocolo clínico para evaluar la administración de dosis bajas de dexametasona, en el tratamiento de 60 pacientes hospitalizados con covid-19 en el Hospital General de México.
El protocolo se realizará en conjunto con médicos del Hospital General y del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía del Instituto Nacional de Cardiología; así como con investigadores de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la Universidad Nacional Autónoma de Morelos, y el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE).
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“El objetivo es prevenir en pacientes moderados la desregulación de la respuesta inflamatoria; en pacientes graves las complicaciones respiratorias severas que obligan a la intubación y ventilación mecánica; y en los pacientes severos reducir el tiempo de asistencia respiratoria y mortalidad”, indicó la Universidad Nacional en un comunicado.
“Quienes estamos en hospitales necesitamos más herramientas para evitar que las personas hospitalizadas lleguen a la unidad de cuidados intensivos, y estando ahí no mueran. Desde el inicio sabíamos que teníamos pocas estrategias y casi todas han sido copiadas del tratamiento de la Influenza A H1N1”, dijo Joselín Hernández, investigadora de la Unidad de Medicina Experimental UNAM en el Hospital General de México.
Recordó que cuando les propusieron trabajar en el proyecto sabían que podía ser una buena opción, “sobre todo para evaluar si el uso de glucocorticoides puede evitar que pacientes graves no críticos progreses a pacientes críticos”.
Graciela Cárdenas, del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, coincidió en que el protocolo puede brindarles herramientas para tratar a pacientes con covid-19.
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Edda Sciutto, doctora en Investigación Biomédica Básica e integrante del Instituto de Investigaciones Biomédicas, resaltó que si los resultados son como esperan, buscarán que la aplicación de dexametasona intranasal se realice en otras instituciones.
Juan Pedro Laclette, investigador emérito de la UNAM, remarcó que la propuesta de usar dexametasona ha sido planteada desde hace más de dos meses y medio.
“Aquí hay una innovación que es la aplicación intranasal, porque permite reducir la dosis, generando menores efectos colaterales negativos sistémicos, pero un efecto local antiinflamatorio más efectivo en vías respiratorias y en sistema nervioso central”, comentó.
Los científicos de la UNAM también trabajan en una vacuna contra el SARS-CoV-2 y en un método para detectar anticuerpos de tipo IgG e IgM contra el nuevo coronavirus, que permitirá identificar a personas que han sido infectadas y han desarrollado respuesta inmune.
Se trata de un equipo multidisciplinario, en el que participan integrantes del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) y de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, en colaboración con personal de institutos nacionales de salud, hospitales y otras universidades, está conformado por más de 50 investigadores clínicos y básicos (18 de ellos del IIBm), y estudiantes de distintas especialidades.
FLC