María Teresa Monjarás Rodríguez, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, señaló que durante el confinamiento en casa por la pandemia de covid-19 es posible que los niños muestren mayor apatía, llanto, berrinches, intolerancia, aburrimiento o sobrealegría, que son reacciones al estrés, por lo que para disminuirlo, los adultos deben conservar la calma, ser tolerantes, escucharlos, limitar el acceso a la televisión y teléfonos, y principalmente jugar con ellos.
En un comunicado, la académica de la UNAM explicó que los pequeños en edad preescolar sí perciben esta situación de amenaza sanitaria, lo que representa un estrés no cotidiano, pero han implementado un afrontamiento de tipo emocional y evitativo, “y no asumirlo directamente se asocia a niveles de ansiedad altos es esta población, de por sí vulnerable”, explicó.
En el contexto del Día del Niño que se festeja mañana, la especialista en psicopatología del desarrollo comentó que en una exploración que hizo con madres, la mayoría indicó que perciben cambios de conducta en los infantes a partir de la contingencia sanitaria: apatía, llanto, berrinche, intolerancia, aburrimiento o sobrealegría.
“La reacción que tienen ante este evento depende de múltiples factores que van desde su desarrollo neurobiológico, cognitivo y temperamento, hasta el conocimiento en el manejo de emociones y el contexto familiar, entre otros (…) Es momento de enseñarles cómo enfrentar esta situación y otros problemas subsecuentes”, ya que al cumplir la mayoría de edad, muchos recordarán este resguardo de diferente manera, y eso dependerá de lo que sus padres modelen en ellos.
El juego, mejor recomendación
María Teresa Monjarás Rodríguez destacó que para disminuir el estrés en los niños, los adultos deben conservar la calma, ser tolerantes y escuchar a los pequeños. Además recomendó:
• Limitar el acceso a la televisión, teléfonos celulares y pantallas.
• Crear rutinas de actividad física y jugar con ellos, pues a través de estas actividades pueden manejar mejor sus emociones.
“Una de las estrategias es que a través del juego hablen del virus. Son niños muy pequeños, pueden ilustrar la situación con plastilina o con dibujos; se les debe guiar y preguntarles qué le dirían al virus, qué les enoja de esta situación y cómo podrían combatirla”.
• No forzarlos, respetar sus emociones, pero validarlas.
“Si están berrinchudos o enojados, hay que decírselos, para que identifiquen qué está pasando; otorgarles la seguridad de que esta situación pasará y mientras los vamos a acompañar”.
• Celebrar este 30 de abril a los niños con actividades que les gusten, dentro de casa.
“Como padres tenemos que ser muy creativos. A esta edad les llama la atención los dibujos animados, los colores, la música; estos elementos pueden ser utilizados para entretenerlos, además de reforzar la adquisición de habilidades socioemocionales”, concluyó.
AA