El crimen organizado se ha visto beneficiado de la maternidad subrogada, pues fácilmente se puede caer en escenarios de trata de personas; por lo que, esta práctica tiene que prohibirse, advirtió el senador de Morena, José Narro Céspedes.
Lo anterior, dijo, porque “se ponen en el mercado las funciones naturales de una mujer y convierten a las niñas y a los niños en productos mercantiles que se pueden comprar y vender y producir a modo”.
En rueda de prensa, el legislador insistió en que el alquiler de vientres o la maternidad subrogada es un tipo de trata de personas, “una de las prácticas más perversas que ha impulsado el neoliberalismo, en la que prevalece una visión mercantilista de la maternidad y en la que se despoja de sus derechos a madres y niños”.
Señaló que se trata de “una práctica impulsada por las empresas en donde se conjugan abogados, médicos, notarios, personas del Registro Civil y psicólogos que forman parte de esta trama que, al final, busca despojar de este derecho a las mujeres y a los niños que nacen ante la necesidad o gusto que se quieren dar algunas parejas”.
El legislador de Morena recordó que presentó una iniciativa para prohibir de manera expresa la gestación subrogada, vientres de alquiler, maternidad subrogada o cualquier procedimiento o modalidad que implique que una mujer acepte gestar en su vientre un bebé, y que al nacer deba entregarlo a cambio de recibir o no una remuneración.
Dijo que su propuesta tiene la finalidad de preservar y salvaguardar los derechos humanos fundamentales de la madre gestante y de cualquier persona que nazca.
“Es una forma de esclavismo en esta etapa del mundo, es la forma en que se comercializa el cuerpo humano, el pensamiento, los deseos y la aspiración de la gente, sobre todo de las mujeres”, expresó el senador.
Narro Céspedes también comentó que se violan derechos fundamentales tanto de la madre, como del menor, porque esté último no tiene el derecho de identidad, ya que no conoce a su padre.
Señaló que en Tabasco y Sinaloa cuentan con una legislación local para que se puedan realizar este tipo de procedimientos en donde, en la mayoría de los casos, se han visto vulnerados los derechos de las mujeres, pero en especial los derechos de los bebés que han nacido de esos casos.
En ese contexto, el senador dijo que sobran ejemplos en los que niñas y niños son devueltos o abandonados, porque no satisfacen las expectativas de quien “los compró”.
Además de que en este tipo de transacciones se deja de lado los procesos hormonales, de apego natural, así como las consecuencias psicológicas y psiquiátricas que vive una madre con su hija e hijo: depresiones posparto y efectos del proceso de embarazo, potencializados al enfrentarse al abandono de sus descendientes.
Refirió que “la pobreza es el factor principal que orilla a las mujeres a entrar en este círculo mercantil de violencia, disfrazado de acto progresista, por ello, dijo, no podemos permitir que por necesidades económicos ellas y las infancias sean las que tengan que pagar un costo como es el violentar sus derechos humanos”.
Por otra parte, Alexis Badui, activista y defensora de los derechos de la mujer, dijo que México es el tercer país con más trata de personas a nivel global, con fines de prostitución adopción, por lo que urge una legislación que prohíba el alquiler de vientres, así como homologar los procesos de adopción
EHR