Las elecciones municipales de 2020 en Hidalgo coinciden históricamente con la pandemia de covid-19. La salud de los votantes está en riesgo, pero también la democracia.
Cristina Rius Gilbert, del Servicio de Epidemiología de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, escribió en su artículo La peste a lo largo de la historia la siguiente descripción de las consecuencias políticas y sociales de la peste en Europa: “en una sociedad afectada por una epidemia, se establecían relaciones de poder entre la minoría dominante y la mayoría dominada.
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“Así, las élites gobernantes huían de las localidades a los primeros indicios de epidemia, pero al mismo tiempo, eran estas mismas élites las que establecían las medidas oficiales de respuesta a la enfermedad. El resto de la población sufría la carestía alimentaria, el miedo y la amenaza de la epidemia y aparecían frecuentemente las revueltas”.
En la historia de la humanidad, las pandemias han dejado a su paso nuevos pobres, nuevos ricos y un sinfín de problemas que solucionar desde el poder o la administración pública, y esta vez no es la excepción. La llegada del virus SARS-CoV-2 ha impactado fuertemente a las instituciones. Varios países se han visto obligados a posponer sus elecciones programadas durante el primer semestre del año y otros más se encuentran en la incertidumbre de si podrán o no realizarlas en los próximos meses.
En México, el 4 de abril, el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) suspendió toda actividad electoral de forma indefinida, incluidas las elecciones municipales en Hidalgo que estaban contempladas para el 7 de junio. El mismo Consejo General sesionó el 30 de julio y fijó una nueva fecha para los comicios: 18 de octubre.
En respuesta a este llamado, el Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH), autoridad responsable de velar por el libre ejercicio de los derechos político-electorales, la efectividad del sufragio y la validez de las elecciones, modificó el calendario. Como una forma de orientar a los candidatos en sus actividades proselitistas, con riesgo de contagio, el IEEH publicó una guía titulada Recomendaciones para realizar actividades de campaña.
En la versión gráfica, de 20 páginas, el IEEH estableció el límite de personas que pueden coincidir en un evento político durante las campañas: 50. Es indispensable que las superficies del entorno sean desinfectadas antes y después de cada reunión. Además, pidió la instalación de filtros de supervisión que garanticen que las personas que acudan no representen un riesgo potencial de contagio para los demás.
Para este proceso electoral, todos los debates serán virtuales con el fin de reducir la movilidad, el contacto y los contagios, tanto de los actores políticos, como de los funcionarios electorales que organizan el ejercicio democrático.
Los candidatos que decidan hacer visitas domiciliarias durante el periodo de campañas, deben sujetarse a las siguientes recomendaciones: acudir un máximo de tres personas, siempre utilizar cubrebocas o careta y atender en todo momento la sana distancia (mínimo 1.5 metros).
Acerca de la propaganda electoral, el IEEH sugirió que el material a utilizar sea lo menos manipulable posible o que se pueda desinfectar constantemente. También recomendó privilegiar el uso de redes sociales para hacer llegar las propuestas a la ciudadanía.
“Es importante que los partidos políticos, candidaturas comunes y candidaturas independientes inviten a toda la población que esté involucrada en los actos de campaña a observar las medidas de mitigación y prevención, así como alertar a las personas a no acudir a las actividades en caso de presentar algún síntoma de enfermedad respiratoria”, concluyó el manual.
La guía continental
Estas recomendaciones emitidas por el IEEH coinciden con la visión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en su preocupación por dar continuidad a los procesos democráticos. El secretario general, Luis Almagro, declaró: “las secuelas de la pandemia, las altas posibilidades de contagio con la interacción humana, el riesgo de muerte, la aplicación de las medidas restrictivas, ponen serias dificultades en la organización de los procesos comiciales, por lo que deben analizarse alternativas democráticas para que no se vea lesionada la legitimidad de origen de los gobernantes, las transiciones democráticas, la alternancia de sus autoridades y la duración de los periodos de gobierno”.
La misma OEA publicó la Guía para organizar elecciones en tiempos de pandemia, a través del Departamento para la Cooperación y Observación Electoral de la Secretaría para el Fortalecimiento de la Democracia.
Este documento, de 229 hojas, demuestra la importancia de elegir a los gobernantes, aún en tiempos de pandemia, y pretende ser una guía práctica a través de la cual “cada país y órgano electoral puede beneficiarse al momento de planificar y gestionar las actividades propias de los procesos electorales”.
Se trata de apoyar a los estados miembros (entre ellos México) en un momento de especial dificultad histórica. La OEA espera contribuir con esto a uno de sus propósitos fundacionales: "el fortalecimiento de la institucionalidad democrática en la región”.
El organismo está consciente de que, en esta perturbación social, no existe el riesgo cero. “Las autoridades deben ser conscientes de que el principal riesgo de una elección es que se convierta en una oportunidad de amplificación de la propagación de la covid-19 en el país”, dicta el documento.
Sobre el dilema que significa el celebrar o postergar las elecciones, la OEA recomienda evaluar cuatro factores: condiciones de salud, marco jurídico, acuerdos políticos y fecha. Sea cual sea la decisión, mientras no haya cura o una vacuna, las elecciones tienen que cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y de las autoridades sanitarias locales.
La guía sugiere “rediseñar la planificación de las elecciones con el objetivo de mitigar y reducir la propagación del coronavirus en las distintas etapas del proceso electoral, con especial atención en la jornada de elecciones. Se debe incorporar la visión técnica del sector salud y la evidencia científica”.
Exista o no modificación de la fecha de elección, la OEA también establece que es necesario definir y divulgar el calendario electoral con la suficiente anticipación para que todos los actores políticos y la ciudadanía pueda conocer las etapas y los plazos definidos para cada una de ellas.
Entre sus recomendaciones se advierte: “los órganos electorales debieran consultar a fabricantes, así como con expertos y autoridades de salud, los riesgos que supone la tinta indeleble. Se puede explorar con ellos alternativas o modalidades que reduzcan las posibilidades de contagio o que evite que la persona deba apoyar su dedo directamente en la tinta”.
La confección de mamparas de acrílico es una alternativa para las mesas de votación, a fin de separar lo mayor posible el contacto entre miembros de mesas y electores.
A nivel mundial, la pandemia es una oportunidad para que las elecciones promuevan el uso de herramientas tecnológicas y contenidos en redes sociales que sirvan para educar a la ciudadanía tanto en el ejercicio del sufragio como en las disposiciones de seguridad sanitaria.
Ya en las campañas electorales, la OEA hace énfasis en limitar la cantidad de asistentes a los eventos y reuniones presenciales, además pide desalentar la participación de personas con alto riesgo de complicaciones por covid-19.
Candidatos caídos
Hasta el cierre de esta edición, dos candidatos han hecho público su contagio de covid-19, por lo que abandonaron la contienda. El primero fue Tomás Alonso García Cerón, candidato a presidente municipal de San Agustín Tlaxiaca por Nueva Alianza. El segundo caso apenas se supo el viernes 11 de septiembre, con la aspirante de Movimiento Ciudadano (MC) a la alcaldía de Tula de Allende, Rocío Tirado Bañuelos, quien renunció a la candidatura inmediatamente.