Cuando el covid canceló el festejo más mexicano

Vacíos. La pandemia provocó que plazas, calles y edificios estuvieran vacíos en una de las fechas más coloridas del calendario, al tiempo que obligó a reconocer a los nuevos héroes: el personal de salud.

La Explanada lució vacía y los vendedores sufrieron los estragos de la pandemia.Leonel Rocha
Orlando Maldonado
Monterrey /

A lo largo de la historia de México se ha suscitado una serie de tragedias como la matanza de estudiantes en 1968, la muerte de los 43 normalistas de Ayotzinapa, los sismos de 1985 y 2017, huracanes como Gilberto y Paulina, y largos periodos de violencia en las calles.

Sin embargo, ninguno de estos acontecimientos logró lo que la pandemia de covid-19: dejar las plazas vacías en la noche del Grito de Independencia, el 15 de septiembre.

Si bien, no se tiene registro reciente de un suceso similar, los mexicanos atestiguaron un hecho sin precedentes, algo impensable, escenarios de película.

Por supuesto que Nuevo León no fue la excepción.

Tan solo en Monterrey, la Macroplaza fue invadida por el silencio y la nada. No hubo luces ni color, solo el ruido de los grillos y una lluvia ligera imperaban. Este fue el desolado escenario que no pudo engalanar la más mexicana de las noches.

Pese a las advertencias de las autoridades, tanto estatales como municipales de manera anticipada sobre la suspensión de dicha eventualidad, uno que otro ciudadano acudió a los alrededores de la Explanada de los Héroes; a muchos no les quedó más que posarse sobre las vallas que colocó Fuerza Civil en el perímetro para ver la austera decoración del palacio de cantera.

Una media sonrisa, una foto rápida y adiós. No había más que hacer.

Fue el caso de don Nicolás Lara, quien desde las 18:00 del 15 de septiembre acudió al lugar, entusiasmado, con un tradicional sombrero de pico que se utiliza en estas festividades y luciendo su bigote al natural.

Don Nico relató que año con año acudía al lugar acompañado de su familia y que ahora, para evitar los contagios, decidió ir solo, luego de su jornada laboral, para cumplir lo que considera “su deber como mexicano”.

“Pues, aunque no va a haber Grito siempre me visto cada año. Nada más que siempre vengo con mis hijos, mis nietos y mis yernos, pero como no iba a haber (festejos), yo como quiera me pasé del trabajo para acá. Yo como quiera voy, aunque haya o no haya Grito, yo como quiera voy (a la Explanada). No hay que dejar de ser mexicanos.

“Me lo quité ahorita (el cubrebocas), me lo quité llegando (a los alrededores de la Macroplaza), pero como quiera hay que traerlo, la salud ante todo”, relató.

Otro nostálgico fue el señor Alejandro Verástegui.

Él se encontraba sentado en una de las bancas aledañas de la gran plaza y se mostró sorprendido de lo desolada que se encontraba la Explanada de los Héroes.

Sin embargo, reconoció que hay que evitar el contagio de coronavirus y que ya habrá más tiempo para celebrar en años venideros.

“Pues mira está acá solo todo el ambiente, pero pues ni modo, hay que evitar el contagio sobre todo… al cabo que hay más tiempo que vida para celebrar”, declaró.

Mas allá de los gustosos por las pachangas tricolor, quienes también vivieron una “noche triste” por la derrama económica que se les escapó de las manos fueron los vendedores de comida y artículos conmemorativos. Todos lamentaron el nuevo golpe a su ya de por sí lastimada economía.

Sin la pirotecnia, sin luces multicolor… y en pantalla

Otro ingrediente que se sumó a la ya de por sí “noche triste” fue el anuncio que dio el gobierno de Nuevo León de no hacer uso de ningún tipo de pirotecnia ni realizar espectáculo alguno relacionado con fuegos artificiales.

El argumento, aseguraron las autoridades estatales, es que buscaban ser congruentes con su política ambiental y en atención a la salud de los nuevoleoneses en medio de la contingencia sanitaria.

De igual forma extendieron su invitación a las diversas administraciones públicas, entidades privadas, y a la ciudadanía en general, a sumarse a esta disposición en respeto y atención para todas aquellas personas que enfrentaran una condición personal o de salud adversas, debido a la propagación del covid-19.

En cuanto a los protocolos, tanto el gobernador Jaime Rodríguez, como los alcaldes metropolitanos, no tuvieron opción más que apoderarse de las transmisiones virtuales, ya sea por redes sociales o por el Sistema de Radio y Televisión de Nuevo León.

En su mensaje, el mandatario estatal resaltó la labor que ha desempeñado todo el personal de salud para combatir el covid-19, mismos a los que se refirió como los “nuevos héroes” que han hecho patria en la entidad.

“Estos son los nuevos héroes que siguen luchando en el frente de batalla: los doctores, las enfermeras, los camilleros, los intendentes y la gente que día a día va de su casa a un hospital.

A ellos hoy les dedicamos un espacio especial.

“Todos ellos son nuestros héroes actuales, son mexicanos extraordinarios que enorgullecen a nuestro estado y a nuestro país”, reconoció.

Ante la necesidad, gobiernos de municipios como Guadalupe y Escobedo tuvieron que aventarse a la innovación, para no echar la fiesta ante plazoletas abandonadas.

En Guadalupe, el gobierno de Cristina Díaz dispuso sillas a las afueras de la presidencia municipal. En ellas, colocaron imágenes de ciudadanos de los más variados estratos sociales y oficios.

Por su parte, en Escobedo, la alcaldesa Clara Luz Flores anunció el mismo 15 de septiembre, que el Grito de Independencia se daría en el mundo virtual: la administración escobedense se adentró al mundo de los videojuegos y creó un escenario en plataforma Minecraft, desde donde se cumpliría el protocolo.

Mientras el gobernador y los munícipes lanzaban sus arengas “independentistas”, afuera de sus recintos, en la calle, llovía. No había nadie. Solo algún valiente pudo ser divisado en el gris de la noche húmeda.

Así concluyó una noche única, en donde creyentes y escépticos presenciaron un espacio habitualmente lleno y ahora vacío: un Grito sin el grito de los mexicanos, como un mar estuviera sin agua, como si el sol no generara radiación y como si el mundo dejara de girar.

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