Desde la prepa me decían 'El Lic': Javier Domínguez

Entrevista

El histórico conductor del proceso legislativo en el Congreso local relata un poco de su trayectoria profesional y personal.

Asuntos parlamentarios. (Claudia Aguilar)
Claudia Hidalgo
Toluca /

Dentro y fuera de la Cámara de Diputados no sabe quedarse sentado, menos cuando de fiesta y música se trata. 

No importa si es mambo o tango, Javier Domínguez Morales, siempre estará en el centro de la acción; en movimiento, atento a cada acorde y acto; guiando a quien esté cerca. 

Si alguien tiene historia dentro del Congreso mexiquense es él. Desde la Secretaría de Asuntos Parlamentarios ha visto pasar 11 Legislaturas con todos sus matices. En paralelo hizo crecer su familia, al grado de pensar en el escenario ideal para convertirse en abuelo. 

Abogado. Asiduo lector. Espiritual. Creyente en Dios. Hijo único. Su mascota y compañero durante 31 años fue “Beto”, un loro sin plumas que llegó a sus manos cuando iba en el kínder y lo vio graduarse como abogado en Derecho.   

Reconoce la pasión que tiene por su trabajo pero el tiempo que ha requerido este cargo le ha hecho no estar siempre con la familia, perderse muchos festejos y reconocimiento de sus tres hijos.





¿Cómo fue su vida, como hijo? 

Muy bonita, pero muy compleja porque fui hijo único. Hay varias fases: cuando uno es pequeño busca a los hermanos, como los demás; luego superamos esa etapa y llegamos a tener amigos, nos gustan las niñas pero finalmente viene la etapa de la responsabilidad, cuidarlos, no es como en otras familias que se dividen.

Sí sugiero tener más de un bebé. A veces hay un gran vacío como hijo único.

¿Colecciones?

Me gustó coleccionar banderas raras, jugaba futbol, basquetbol, ahí me fracture el brazo, jugaba mucho squash, pero todo eso lo hemos dejado por el tiempo, la condición; me gustaba mucho correr, llegue a dar 32 vueltas a la pista profesional de resistencia.

Hace mucho que no hago deporte, pero me gusta.

¿Pasatiempo?

Mi pasión siempre ha sido leer, de niño llevaba a todos lados un libro. Es muy bueno para todos, nos abre las puertas, nos da luz. Me gusta sobre todo de materia humanista, filosófica, Derecho y religión.

Estoy leyendo “El hombre en busca del sentido”, de Víctor E. Frnakl, lo recomiendo mucho. Aborda cómo se pierde todo, donde la lucha no es por qué puesto voy a tener, ni qué me voy a poner, es: viviré o no viviré.

¿Por qué inclinarse por el tema parlamentario?

El éxito lo vamos a tener en la medida que nosotros amemos lo que hacemos y nos guste lo que hacemos; no se va a convertir en carga.

Desde siempre, desde la prepa me decían “El Lic”, desde siempre quise ser abogado. Era un niño que desde chico veía informes de Díaz Ordaz y Luis Echeverría, pero los veía con mucha atención.

Entraba al salón de la facultad diciendo “Honorable Congreso de la Unión”, siempre me gustó el Poder Legislativo.

Tuve la oportunidad de que el oficial mayor en aquel tiempo fue mi maestro en la facultad. Salí en junio del 84 y me permitió entrar en diciembre.

Antes había hecho servicio social en el Poder Judicial, y en el CREE mexiquense como prestador de servicios.

¿Se ha visualizado en otro lado, no ha pensado ser diputado?

Esta carrera es multidisciplinaria. Me gustaría mucho una especie de asesoría o consultoría, el Poder Judicial. Pero me gusta más esto.

Cada uno tiene una labor importante aunque algunas son más visibles. Y sí me han ofrecido ser diputado de muchos partidos, pero no, creo que para todo se necesita vocación y carácter.


¿Música, baile?

Clásica, de los años 70 y 80, sobre todo en español, que me tocó cantar y vivir. Leo dan, Roberto Jordán, Camilo Sesto, José José, de ese tiempo. Me gusta mucho bailar, de todo, creo que no lo hago tan mal. Cuando ha habido oportunidad lo hago; de todo, pero más tropical, mambo, danzones y cosas de más ritmo; tango no lo sé muy bien, pero sí bailo todos los ritmos.

En las fiestas familiares difícilmente me mantenía sentado, sí me gustaba mucho, no tomé clases, fue algo que aprendí viendo.

Para las mujeres es más fácil no saber bailar pero no para un hombre, es complicadísimo porque es quien dirige, en la mayoría de los casos, pues algunas bailan solas.


¿Mascotas?

Tuve un loro, se llamaba Beto, duro como 31 años, me gustaba mucho. Me lo llevaron en una cajita, sin plumas, le daba de comer. Él no sabía lo que era volar ni la libertad. Al final ya costaba mucho que saliera de su jaula. Me lo llevaron cuando iba en el kínder, terminé la escuela y ahí estaba. Era mi compañía porque no tenía hermanos.


¿Es feliz?

La felicidad no significa tener dinero, tener una posición social, algún cargo; la felicidad está en nosotros, es darle sentido a todo, aun en los problemas, no se puede esperar el momento perfecto, eso nunca va a ser. Hay que darle sentido a todo. 

Soy muy creyente.


LC




LAS MÁS VISTAS