El deterioro de Petróleos Mexicanos comenzó desde antes de la detención de “La Quina”, afirma su hijo Joaquín Hernández Correa, al cumplirse este jueves tres décadas del encarcelamiento del exlíder petrolero, momento que marcó un parte aguas en la historia del sindicalismo.
“Mi papá me platicaba que al llevarse a cabo la expropiación, las plantas ya estaban obsoletas, algunos extranjeros se quedaron a aportar su conocimiento para que la empresa siguiera creciendo, pero siempre se llevó ese atraso”, expone en entrevista el también diputado local por Ciudad Madero.
Sostiene que presidentes como Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz invirtieron en Pemex, pero al paso del tiempo el interés del gobierno federal fue decayendo y ya no creció a la par de industrias de nivel internacional.
“Siguieron ordeñando la vaca sin darle de comer y esto trae como consecuencia instalaciones que ya no funcionaban de manera adecuada”, menciona Joaquín Hernández Correa, conocido en Tamaulipas como “Joaco”.
Empezó a bajar la producción de crudo ligero y las instalaciones ya no tuvieron la capacidad de refinar el crudo pesado y no depender del extranjero.
“El gobierno federal no tuvo el interés de seguir invirtiendo en Pemex y evitar que hubiera explosiones y muertos como pasaba en muchas partes de la República, ahora llega un nuevo gobierno, con otra visión y espero que todo cambie”.
JERR