Diálogo por crisis en Venezuela, estéril

Cuestionado sobre la decisión de México para conceder o no el beneplácito al representante de Maduro, Díaz Ohep manifestó su preocupación por el silencio que ha existido al respecto y los coloca en un escenario de total incertidumbre.

Juan Guaidó es reconocido por más de 20 países como presidente interino de Venezuela. (AFP)
Carolina Rivera
Ciudad de México /

La propuesta de México de liderar un diálogo entre las dos partes en conflicto, a través del Mecanismo de Montevideo, “no podrá avanzar” ante la falta de garantías de que los acuerdos se cumplan, afirmó Reinaldo Díaz Ohep, representante de Juan Guaidó en México.

“No se avanzará en la medida que no haya un mecanismo claro, que se exprese públicamente cómo está planteado, cuáles son las fechas, cuánto durará, cuáles son los puntos de acuerdo”, dijo.

Agregó que mientras no existan garantías de cumplimiento, Venezuela no puede optar por una ruta que alargue el mandato de Nicolás Maduro, mientras la gente sigue sufriendo, pues existe el riesgo de que al final se pierdan meses o semanas de una conversación estéril.

Cuestionado sobre la decisión de México para conceder o no el beneplácito al representante de Maduro, Díaz Ohep manifestó su preocupación por el silencio que ha existido al respecto y los coloca en un escenario de total incertidumbre.

Aseguró que hasta que no exista una repuesta definitiva y oficial, el autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, se limitará a mantener sus recomendaciones a la cancillería mexicana sobre las irregularidades que se han cometido al nombrar a Francisco Arias Cárdenas, como embajador de México en Venezuela.

“México está en su pleno derecho y soberanía de tomar sus decisiones; sin embargo, hay una particularidad en la crisis compleja e inédita que vive Venezuela, la cual debe ser tomada en cuenta”, comentó.

CLAVES

ORIGEN

El 23 de enero pasado, Maduro denunció un presunto intento golpista de EU al reconocer a un gobierno paralelo presidido por Juan Guaidó.

POSTURA

Ante esta situación, los gobiernos de Uruguay y México tomaron una postura neutral e indicaron que organizarían una conferencia en Montevideo.

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