Discursos, marchas y misas para recordar la tragedia

Ayotzinapa, cinco años

Conmemoración. En el Zócalo, padres de los normalistas exigieron ser más duros con aquellos que se niegan a dar información, a fin de pasar de las palabras a los hechos.

Manifestantes en el Ángel muestran pancartas con fotos de los estudiantes. (Omar Franco)
Melissa Del Pozo
Ciudad de México /

El pasado 11 de septiembre, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa en Palacio Nacional, María de Jesús, la madre de José Eduardo Bartolo Tlatempa uno de los estudiantes, le pidió varias cosas al Presidente, entre ellas que se pusiera una playera.

El mandatario federal accedió a usarla este 26 de septiembre.

Gris, con un grabado en blanco y el número 43 sobre la palma de una mano y la frase “Ayotzinapa, yo con la verdad”, López Obrador apareció con ella en su conferencia mañanera, donde se comprometió a llamar a declarar a Jesús Murillo Karam, ex procurador de la República, y a los funcionarios de su “verdad histórica”.

El guiño no fue suficiente.

Mario César González, padre de César Manuel, le respondió al Presidente durante el mitin que las madres y los padres encabezaron al cumplirse cinco años de la desaparición de sus hijos.

“Tenemos empeñada la palabra del señor Presidente, y eso a los 43 padres nos abre una esperanza muy grande, pero también decirles que esa palabra debe ser cumplida para poder tenerle la confianza, no solo la esperanza.

“Decirle que es el momento de ser un poco más duro con aquellas dependencias que no quieren dar la información, que no nada más con el discurso y las buenas palabras vamos a llegar a la verdad, sino que tenemos que ser un poquito más contundentes con aquellas personas de las cuales nosotros sabemos y en su momento los expertos de la CIDH los nombró”, manifestó.

El padre de César Manuel traía otra playera, una blanca, con tortugas y la palabra “Ayotzinapa” en tonos rojos y verdes. Las madres y padres de los normalistas portaban la misma vestimenta.

Don Mario, como lo conocen al interior del movimiento, preferiría que él y los padres no estuvieran ahí. “Me gustaría que los padres estuviéramos esperando a nuestros hijos en casa para preguntarles cómo les fue en el día y hacerles las comidas que les gustan. Desafortunadamente no es así y tenemos que gritar detrás de un micrófono.

“El coraje que tenemos es mucho, pero la esperanza es más grande de poderlos volver a abrazar y decirles que los amamos, decirles que esto fue una pesadilla de la que queremos despertar estos 43 padres de familia”.

LAS MOVILIZACIONES

Antes, las familias de los normalistas desaparecidos caminaron desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo, donde los esperaba el templete. Además de Mario, hablaron Bernabé, Joaquina, Emiliano, María Elena y estudiantes de la escuela normal.

Acostumbrados a la movilización, las madres y los padres se concentraron en el Centro ProDH con días de antelación. Previamente participaron en presentaciones de libros, conversatorios, entrevistas y otros actos.

Ayer una comisión de los familiares fue a la Cámara de Diputados, otra voló papalotes de alumnos de bachillerato en el Centro Cultural Tlatelolco.

A las 3 de la tarde se reunieron de entre 5 mil a 7 mil personas en el Ángel de la Independencia, donde hace cinco años comenzaron las protestas. Luego de una misa que ofrecieron diversas congregaciones religiosas que se solidarizaron con el movimiento, los padres y las madres de los 43 partieron del Monumento a la Independencia hacia el centro de la ciudad sobre Paseo de la Reforma.

En el camino se sumaron organizaciones populares, el sindicato de telefonistas, electricistas y de la UNAM. También marcharon trabajadores de la Universidad Pedagógica Nacional y estudiantes universitarios.

En el trayecto, y por la retaguardia de la marcha, grupos anarquistas comenzaron a pintar el camellón de Reforma con pintas de “+43”. Algunos grupos lanzaron piedras a negocios, pintaron los monumentos ya cercados para su reparación, como la Glorieta de Colón y la estatua a Cuauhtémoc.

Por avenida Juárez y 5 de Mayo, los anarquistas y jóvenes embozados lograron sacar sillones de un restaurante, saquear una librería cercana a Madero. Ya en el Zócalo y cuando intentaron vandalizar la puerta Mariana de Palacio Nacional, se paralizó la protesta.

En segundos, Vidulfo Rosales, abogado de los padres se pronunció desde el templete. Ahí deslindó la movilización de los desmanes e hizo un llamado a los que participaban para seguir el mitin en paz.

Felipe de la Cruz, quien ha acompañado a las familias, se apersonó con los anarquistas y les pidió que cesaran los actos vandálicos.

Hacia el final del mitin y con los padres en el templete, casi todos, incluido Ezequiel Mora, el padre de Alexander, Joaquina García agradeció a la gente que por cinco años ha acompañado a las familias.

“Han sido cinco años de sufrimiento, de dolor, de no saber dónde están pero les damos las gracias a los que nos acompañan, porque nos dan fuerza, porque mi corazón necesita esa energía”

Cerca de las 7 de la noche, las familias subieron a los camiones, de vuelta a Guerrero, donde seguirán buscando a los 43 estudiantes, el tiempo que sea necesario “hasta encontrarlos”.

CLAVES

DAÑOS LAMENTABLES

En un comunicado difundido por la Secretaría de Hacienda, la Conservaduría de Palacio Nacional calificó de lamentables los daños que manifestantes realizaron al inmueble.

OFRECEN REPARAR

“Se trata del monumento civil más importante de México”, destacó el organismo, al tiempo de ofrecer que tomará las medidas necesarias para contrarrestar las afectaciones causadas.

SON RESPETUOSOS

Aclaró que “el actual gobierno es respetuoso de las garantías constitucionales y, por lo tanto, de la libre manifestación”. Pero los daños a Palacio “no tienen justificación”, señaló.

LAS MÁS VISTAS