Las desavenencias entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas datan de las campañas de 2000, pasan por los videoescándalos de 2004 y continúan en la búsqueda de la candidatura presidencial de 2006.
“Desde el 2000, entre Cuauhtémoc y Andrés ha habido una especie de enfriamiento con grados de hostilidad, mezclado con cierto resentimiento y discrepancias”, dice Bejarano en Jefas y Jefes, las crisis políticas que forjaron a Ciudad de México, editorial Grijalbo, cuya autor es Alejandro Almazán.
“A Cuauhtémoc le pesa que Andrés sea el presidente y no él. Le pesa que alguien que nunca asistió a ningún Foro de Sao Paulo hoy sea el líder latinoamericano que tiene en jaque a Biden”.
En otro libro, uno llamado Sobre mis pasos (2010), Cárdenas escribió: “En los resultados electorales (de 2000) influyó negativamente el hecho de que la campaña que yo realizaba por la presidencia y la que llevaba a cabo Andrés Manuel por la jefatura se condujeran cada una por su lado, como si no correspondieran a la misma opción política”.
Rosario Robles también le reclama a López Obrador. En su libro Con todo el corazón (2005) escribe: “A la distancia pienso que Andrés Manuel sabía que en el terreno presidencial la competencia estaba entre Fox y Labastida y que no había que permitir que la ola azul arrastrara a la Ciudad de México. Tal vez tenía razón, pero debió platicarlo con nosotros, compartirlo y no lo hizo. Eso hubiera sido lo leal”,
Ante los reclamos, en Jefas y Jefes responde Bejarano, quien fuera el coordinador de campaña de López Obrador para la jefatura: “Cuauhtémoc iba en picada. Su candidatura no convenía para nuestra campaña”.
En Jefas y Jefes, Rosario recuerda para que el 15 de junio de 2000 ocurrió un momento de tensión entre Cárdenas y López Obrador. Según su narración, candidatas a senadoras y a diputadas le organizaron un evento Cárdenas y Leticia Burgos fue la responsable de prepararlo.
Días antes, Burgos le habló a Rosario para avisarle que López Obrador no asistiría, que tenía su agenda programada y que, además, el evento era en el Estado de México (el Toreo de Cuatro Caminos).
“Leti le comentó que estaría todo el perredismo capitalino y que su presencia era indispensable. Había que comprometerse con las mujeres y Cárdenas. Pero no aceptó. (…) Leti Burgos estaba muy triste: no entendía la negativa de Andrés Manuel”.
El desencuentro más serio con Cárdenas sucedió en su visita a Ciudad Universitaria, el 22 de junio de 2000. “Al tratar de coordinar esa visita con el programa de campaña de Andrés Manuel, me encontré con que él se negaba a asistir a ese encuentro. Hubo que insistirle través de varios enviados y fue hasta poco antes de la hora prevista para el mitin que aceptó asistir, resistiéndose hasta el último minuto a hacer uso de la palabra”, escribe Cárdenas en Sobre mis pasos.
“Finalmente, dio un corto saludo, pero era ya claro ante el PRD, los otros partidos de la Alianza por México, los medios de información y sectores importantes de la opinión pública, que él llevaba las cosas por su lado y yo por el mío”.
El fuerte tono que usa Cárdenas es porque el ingeniero ungió dos veces a López Obrador como candidato a la gubernatura de Tabasco (1988 y 1994); lo apoyó para dirigir al PRD nacional (1996); e influyó para que fuera candidato a la jefatura de Gobierno. Al final, como se sabe, Cárdenas perdió, mientras que él ganó.
“Aquella noche del 2 de julio fue el nacimiento político de Andrés y el ocaso de Cuauhtémoc”, dice Bejarano en Jefas y Jefes.
Rosario coincide a su manera: “Pasadas las elecciones, las dos figuras más fuertes de la izquierda éramos Andrés Manuel y yo. Pero como siempre ha visto a las mujeres como segundonas, nos distanciamos”.
Bejarano cuenta que López Obrador también se distanció de Rosario y Cárdenas por sus vínculos con el empresario Carlos Ahumada, el creador de los videoescándalos de 2004.
“Ahumada financió la campaña de Lázaro Cárdenas en Michoacán, eso es público”, dice. “No sé si Cuauhtémoc lo supo, lo avaló o sólo negociaron en su nombre, pero el plan de Ahumada y de Rosario era eliminar a Andrés y que Cuauhtémoc fuera el candidato presidencial en 2006. Eso, estoy seguro, lo negoció Rosario con Carlos Salinas”.
Rosario niega cualquier acuerdo con el ex presidente Salinas. Bejarano; sin embargo, insiste en que Cárdenas estaba más que puesto para ir a su cuarta candidatura presidencial. “Su problema fue que quien polarizaba y debatía con Fox era Andrés y no él. Ahí comenzó una pugna soterrada. Como ahora que, cada que puede, critica la política de Andrés”.
Cárdenas también habla en Jefas y Jefes y cuenta el por qué se bajó de la carrera presidencial en 2006: “Casi todo el partido beneficiaba al otro candidato. No tenía caso seguir”.
Hoy Cárdenas figura en un movimiento opositor a López Obrador, mientras su hijo Lázaro es el coordinador de asesores presidencial.
JLMR