La directora de México Evalúa, Edna Jaime Treviño (Ciudad de México, 1966), se considera una madre amorosa, sensible y activista entregada. Sus objetivos profesionales son claros: quiere poner su granito de arena para dejar un México libre de violencia para las futuras generaciones, como era antes, cuando ella y sus amigos jugaban “sin miedo” en las calles de Satélite, en el Estado de México.
Es apasionada de la literatura romántica, incluso hace algunos años comenzó a escribir su primera novela durante un taller, pero debido a la falta de tiempo por el trabajo la dejó inconclusa; sin embargo, no descarta retomar la historia más adelante.
Egresada del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), la politóloga es fan del golf, los musicales y la trova por épocas, y confiesa que no hay nada que la pueda aburrir tanto, al grado de dormirla, como las películas de Star Wars o la serie de Game of Thrones, situación que la entristece, porque a su familia le encantan.
¿Cuáles son sus virtudes y sus defectos?
Soy sobrecontroladora. ¡Es horrible! Me gusta hacer las cosas bien y estar muy presente en los detalles, eso no sé si sea virtud o defecto, pero hace que tenga estándares muy altos de exigencia con el equipo que trabaja conmigo. Pero sí soy sobrecontroladora, y puede ser contradictorio, pero también soy soñadora.
¿Hace algún deporte?
Me gusta el golf, aunque no es un deporte que se pueda practicar con facilidad. A veces también hago yoga, sobretodo bikram, de repente hago cardio, nada sofisticado en el gimnasio.
¿Por qué golf?
Me gusta porque es un juego contra uno mismo, requiere de mucha pericia para que un golpe salga bien, y creo que es una batalla constante contra las propias inseguridades.
Es una actividad muy relacionada con el estado de ánimo, es decir, cuando uno está tranquilo consigo mismo y relajado es fácil que uno juegue golf, pero cuando uno está enojado y trae cosas atravesadas el golpe no sale, no solo se trata de técnica.
¿Cómo son los momentos familiares?
Compartimos nuestras opiniones todas las tardes, hablamos sobre lo que nos pasó en el día, tocamos temas que nos preocupan. Hay ocasiones en las que nos paramos de la mesa porque nos enojamos, es muy divertido hablar con la familia porque son chavos que tienen ideas muy fijas. Los fines de semana salimos a pasear, vamos al cine y a comer.
¿Qué tipo de cine ve?
No me gustan nada las películas de acción ni de suspenso ni de terror, prefiero las románticas; me gusta mucho ver biografías, a veces veo cine mexicano. Debo decir que me cuesta mucho trabajo mantenerme despierta si las películas no me atrapan en los primeros cinco minutos.
¿Cuáles son las películas que la duermen?
Con las que no puedo pasar de la primera película es, por ejemplo, con El señor de los anillos, definitivamente no me puedo conectar con ese tipo de ficción. A mi familia le encantaba Game of Thrones, y gritaba, y se emocionaba, pero yo no podía seguir la serie con ellos, para mí era muy duro porque cuando estaba la temporada solo se hablaba de eso en la sobremesa y yo estoy completamente autoexcluida.
¿Qué me dice del teatro?
Voy muy poco, una de las obras que me gustó fue Privacidad, con Diego Luna. Me gustan los musicales, como Mamma Mia!; me encantan las obras que me remontan a alguna época de mi vida con canciones que me sé.
¿Qué música escucha?
Me gusta mucho Queen y más después de ver Bohemian Rhapsody; me encanta Freddie Mercury, tenía una voz privilegiada; también me gusta Joaquín Sabina, pero por época, porque de repente me harta; me gusta Joan Manuel Serrat y en su momento Silvio Rodríguez.
Mis hijos me plantean un panorama completamente diferente de música, son mucho más sensibles y tienen buen gusto, escuchó lo que ellos.
¿Cuál ha sido un momento difícil en la vida de Edna?
Me tocó vivir la crisis económica de 94, ver cómo familias que viajaban dejaron de hacerlo y de realizar ciertas actividades. Antes de casarme empecé a pagar un departamento, mi papá me ayudó con el enganche; después me casé, me embaracé y llegó la crisis, recuerdo cómo me llegaban los estados de cuenta y mi deuda crecía. La terminé pagando, pero fue un choque tremendo porque esperábamos que hubiera bonanza económica, y en lugar de bonanza me quedé con una deuda monumental.
¿Cuál es su temor más grande?
Me da mucho miedo la inseguridad en el país, temo que le pase algo a alguien de mi familia cuando ande en la calle, que a uno de mis hijos lo secuestren o le hagan daño.
¿A qué otra profesión le hubiera gustaría dedicarse?
Hace mucho tiempo empecé a escribir una novela, no tengo ningún talento pero descubrí que ese mundo me encanta: el encuentro con los personajes, con las historias y el manejo del lenguaje se me hacen cosas maravillosas, es poder expresar sentimientos, experiencias y hacerlo de una manera elegante.
Estuve en un taller con la maestra Beatriz Rivas, empecé con un par de cuentos y después quise incursionar en una novela, pero entré a trabajar y ahí se quedó. Lo retomaré, a lo mejor cuando esté viejita.