Son los primeros en tomar las calles, hacen suyo el asfalto y tienen su propio desfile durante las primeras horas del 16 de septiembre, que apenas es captado por los desvelados de la noche anterior: es el Agrupamiento Arma Blindada.
Para los vehículos blindados y semiblindados del Ejército mexicano no existe el ya tradicional levante; para ellos no hubo ceremonia del Grito, y la fiesta patria comienza incluso horas antes, en el Campo Uno Militar, donde fueron concentrados para salir hacia el primer cuadro de Ciudad de México.
El general Omar González, comandante del Agrupamiento Blindado, destaca, como una de las fortalezas de los elementos, el trabajo en equipo, así como la capacitación que reciben en conducción, manejo de armas o incluso mecánica.
“Estas tripulaciones deben estar perfectamente integradas, deben de vivir y convivir de manera constante para dar cumplimiento a sus misiones, es fundamental esta característica del Arma Blindada: el trabajo en equipo”, refiere en entrevista para MILENIO.
Los vehículos de reconocimiento, combate, búsqueda y traslado ya están listos, y con ellos se preparan los cañones de 90 mm, ametralladoras calibre 50, calibre 7.62, un núcleo completo para el combate y para la defensa.
“Son unidades que —detalla— cuentan con una gran potencia y gran volumen de fuego, que pueden ser empleados en diversos tipos de terreno, diseñados para hacer reconocimiento y realizar operaciones tanto ofensivas como defensivas”.
Pero también para el auxilio a la población. Muestra de ello son las unidades que participan en diversas misiones en el territorio nacional a través del Plan-DN III.
En total, 74 blindados, seis semiblindados, cuatro jefes, 24 oficiales y 240 elementos de tropa, literalmente, calientan motores.
Y ya en la ruta, desde Polanco hasta el Centro Histórico, queda registrado el olor a diésel, el motor se escucha y hace que el piso vibre ante su avance, lo que deja ver la fortaleza blindada del Ejército mexicano.