El secretario general de la ONU, António Guterres, abrió este martes la Asamblea General de la organización haciendo sonar la señal de “alarma” ante un mundo que “nunca ha estado tan amenazado ni tan dividido”.
“El mundo debe despertar. Estamos al borde de un abismo y moviéndonos en la dirección equivocada”, advirtió Guterres a los líderes internacionales reunidos en Nueva York.
El diplomático portugués presentó un sombrío análisis de la coyuntura internacional, marcada a su juicio por la falta de unión en la respuesta a la pandemia, los pocos avances en la lucha contra el cambio climático, las crecientes desigualdades y las crisis en países como Afganistán, Yemen y Etiopía.
La confrontación entre Washington y Pekín es algo que preocupa enormemente a Naciones Unidas tal como reiteró ayer su secretario general.
Sin embargo, Joe Biden aseguró ayer durante su intervención en la sede de la ONU que su gobierno no busca “una nueva Guerra fría ni un mundo dividido en bloques rígidos”.
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El presidente estadunidense se estrenó en Naciones Unidas, que regresó a una reunión presencial y no virtual como la del año pasado debido a la pandemia del covid-19, prometiendo una “nueva era de diplomacia” tras cerrar en Afganistán un “periodo de guerra imparable”.
Xi, que inicialmente no tenía previsto hablar ante la ONU y que finalmente lo hizo por video, evitó referirse explícitamente a EU y reclamó apostar por una nueva era de cooperación en el mundo.
En una aparente mención al fiasco estadunidense en Afganistán, Xi señaló que se ha “demostrado una vez más que la intervención militar por fuerzas externas y la supuesta transformación democrática son sumamente dañinas”.
Quien no dudó en utilizar esa crisis para atacar a Biden fue el nuevo presidente de Irán, Ebrahim Raisi, quien dijo que la retirada de Afganistán y episodios como el asalto al Capitolio en Washington de enero pasado demuestran que “el sistema hegemónico de Estados Unidos no tiene credibilidad”.
En una jornada con mucha retórica pero pocos anuncios concretos por parte de las grandes potencias, destacaron dos promesas en materia de clima.
EU se comprometió ayer a dar 11 200 millones de dólares en ayuda financiera a los países en desarrollo para afrontar el cambio climático.
Xi, por su parte, anunció que China va a dejar de participar en la construcción de centrales de carbón fuera de sus fronteras, acabando con una importante fuente de financiación para este tipo de instalaciones.
El año pasado, ningún líder viajó a la sede de la ONU por el azote del covid-19 en todo el mundo y todos los discursos fueron grabados con antelación. Este año, la Asamblea General ofreció a los mandatarios la opción de viajar a Nueva York o intervenir en línea y más de 100 jefes de Estado y de gobierno han confirmado que estarán en el salón.