La mayoría de candidatos y candidatas a diputaciones federales del Estado de México forman parte del círculo cercano de los partidos políticos y quienes retienen actualmente el poder, pues han logrado colocar a sus asesores, auxiliares, choferes, secretarias, promotores del voto o familiares en diversos cargos de representación proporcional.
De acuerdo con la plataforma que promueve la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Nacional Electoral (INE), denominada “Voto Informado”, 96 por ciento de quienes hacen campaña en el Estado de México para llegar a la Cámara federal han transparentado su información en esta plataforma.
Hasta el momento, de los 323 participantes en las campañas federales, sólo falta que 13 personas den de alta su información, entre ellos gente que lleva años en el ámbito político y que han promovido la transparencia como principal bandera de lucha, como el caso del diputado local con licencia, Javier González.
Al hacer una revisión de los 310 perfiles que están expuestos en los 41 distritos federales se pudo observar que la mayoría tiene alguna formación académica que va desde Licenciatura hasta Maestría y Doctorado. Esto último no sólo en partidos grandes, sino en los recientemente creados.
Además, sólo 25 por ciento de las personas registradas no tienen una formación profesional o tienen estudios truncos y aunque varios señalan que cuentan con una carrera han laborado como trabajadores del volante, comerciantes, líderes sociales y emprendedores, entre otras actividades.
Hay personas jóvenes, con 21 años hasta personas mayores de 72 años, tanto mujeres como hombres; al menos cuatro personas de adscripción indígena y una de la comunidad LGBT.
Las propuestas de la mayoría se centran en distribuir mejor el presupuesto, asegurar más obras de beneficio social, destinar recursos para medicar a menores con cáncer, más apoyos para grupos vulnerables como indígenas, mujeres y menores de edad, aunque hay quienes también proponen cursos de defensa personal, educación para padres e insisten mucho en el tema de poner un alto a la violencia de género.
Al revisar su formación política se observó que muy poca gente no ha estado involucrada con este sector; la gran mayoría ya ha tenido cargos como regidores, diputados federales o locales, alcaldes, síndicos, en una o varias ocasiones.
Quienes no tienen estos cargos son gente cercana a los que retienen el poder en los partidos, pues señalan ser asesores, auxiliares o secretarias de regidores, diputados o alcaldes; además de ser promotores del voto, movilizadores vecinales, luchadores sociales, gestores de programas sociales, activistas, gestores, fundadores de diversos partidos, coordinadores de campaña, delegados o consejeros, ex candidatos, ex independientes, coordinadores seccionales, ex dirigentes municipales o ex funcionarios de los tres niveles de gobierno, estatales o federales.
Pero también hay enfermeras, docentes, comerciantes, contratistas municipales, operadores de transporte, abogados, administradores, artistas plásticos, al menos una actriz y un militar en retiro, jubilados, cobradores, promotores de espectáculos, reporteros, empresarios, floricultores, campesinos, vendedores de seguros, entre otras formaciones a través de las cuales se han vinculado a los partidos y al servicio público.
Entre las razones por las que dicen querer ser legisladores destacan para transformar, cambiar o mejorar las actuales condiciones de su distrito, otros más señalan que para seguir con la Cuarta Transformación, ser un verdadero contrapeso del Ejecutivo, representar efectivamente a la población, entre otras, aunque hay quienes dejan vacíos algunos campos, que van desde por qué quieres ser diputado o diputada, propuestas generales y propuestas para los sectores vulnerables.