Mientras una de las corcholatas reencontró a un viejo novio en Facebook y ya planea la boda que acaparará reflectores, otro aspirante de estilo diplomático halló a su “media naranja” en una embajada. A ambos los hijos les salieron estudiosos, alérgicos a la política y alejados de escándalos.
Más allá de la política, la vida privada de los personajes públicos muestra su capital emocional, el cual en muchas ocasiones aparece en las campañas o los distrae de sus tareas profesionales.
MILENIO consultó a personas cercanas a los aspirantes presidenciales para construir esta serie de reportajes: “Las corcholatas también suspiran”.
De haber coincidido en este tiempo, probablemente Jairzinho & Simony –el dueto juvenil que en 1987 hizo famosa la canción El amor no tiene edad–, hubieran seleccionado a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México con licencia para protagonizar el videoclip de aquel éxito fugaz.
Esto luego de que a finales de noviembre de 2022, en la plenitud de sus 60 años de edad, Claudia Sheinbaum (Ciudad de México, 24 de junio de 1962) anunció a los cuatro vientos que se casaría con su novio Jesús María Tarriba Unger con quien, dicho sea de paso, ya se había dado sus besos en la flor de su juventud.
Resulta que Claudia y Jesús se conocieron a finales de los años ochenta. Ambos estudiaban la Licenciatura en Física en la Facultad de Ciencias de la UNAM. Se hicieron novios, pero sólo duraron alrededor de un año. Dicho por él: “la descuidé, la perdí y sí me arrepentí”. Cada uno, por su lado, creció, se casó y se reprodujo. Acumularon que si su maestría, que si su doctorado, que si sus hijos, que si su divorcio.
Recordemos que en ese mismo 1987, cuando “El amor no tiene edad” pegaba con todo en la radio, Claudia se casó con Carlos Ímaz Gispert, uno de los líderes del Consejo Estudiantil Universitario (CEU), quien ya venía de un matrimonio previo con Sandra Alarcón que duró de 1982 a 1986, durante el cual Carlos tuvo un hijo: Rodrigo Ímaz Alarcón, nacido el 27 de septiembre de 1982.
Durante sus años de matrimonio, desde 1987 hasta 2016, Claudia y Carlos procrearon una hija en común, Mariana Ímaz Sheinbaum. Mientras Carlos ponía su semillita para la fecundación del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Claudia cuidaba del pequeño Rodrigo formando lo que ahora el Inegi reconoce como una familia compuesta. En lenguaje milenial, Claudia se convirtió en una segunda madre para Rodrigo.
Ambos hijos crecieron a la par de los cargos públicos de sus padres y se volvieron alérgicos a la política partidista. Los herederos se decantaron por las artes: Mariana estudió la Licenciatura en Historia en la UNAM, se tituló en 2013 y, más adelante, realizó una Maestría en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad de Barcelona. Luego cursó y concluyó un Doctorado en Filosofía en la Universidad de California. La beca que obtuvo del Conacyt para estos estudios la puso en el ojo del huracán en la opinión pública y en las redes sociales.
Por su parte, Rodrigo estudió Artes Visuales en la Escuela de Artes Plásticas de la UNAM, obtuvo su cédula profesional en 2008. Entre 2008 y 2009 cursó una Maestría en Producción Artística en la Universidad Politécnica de Valencia, en España. También ha hecho cine. Su cortometraje documental Juan Perros lo llevó a participar en el Festival de Cannes. En mayo de 2023 se convirtió en papá de Pablo Ímaz, a quien tuvo con su pareja Sofía. Por lo tanto, #EsClaudia debutó este año como abuela.
Volviendo a la historia de amor de Claudia y Jesús, luego de 32 años desde aquella primera temporada, se reencontraron por Facebook. Y se dieron una segunda oportunidad. En 2019 Sheinbaum reveló en televisión que tenía novio.
A partir de entonces se supo que fue analista cuantitativo en Banamex, que trabajó como analista jefe de modelos de riesgo en Santander, que es especialista en el sector financiero y ha trabajado para el Banco de México pero, sobre todo, que le regaló una guitarra a Claudia con la que “La jefa” hizo un Facebook Live entonando Siempre en mi mente, de Juan Gabriel. Sin fecha pública hasta el momento, la pareja se estaría despidiendo de la soltería previo a las elecciones de 2024.
Ebrard: mellizos “guadalupanos”
Con el “carnal Marcelo” sí aplica la sabiduría popular de que “la tercera es la vencida”. Por lo pronto así ha quedado comprobado en los terrenos del amor. Y es que el otrora canciller mexicano, ahora de 63 años de edad (Ciudad de México, 10 de octubre de 1959), ha llegado tres veces frente al juez del registro civil y, en sus respectivos turnos, procreó cinco hijos con dos de ellas.
En su primer “sí acepto”, Marcelo tenía 26. Tras siete años de noviazgo se casó con Francesca Lacy Ramos Morgan, su rubísima compañera de estudios en la Licenciatura de Relaciones Internacionales en El Colegio de México. Contrajeron nupcias en 1985, dos meses después del terremoto que sacudió al entonces Distrito Federal.
Luego tuvieron tres hijos: Francesca Sophie (23 de marzo de 1988), dedicada a la actuación; Anne Dominique (9 de octubre de 1990), diseñadora de modas y Marcelo Patrick (28 de abril de 1995), estudiante de medicina. Tras dos décadas de casados, Marcelo y Francesca cerraron el ciclo de su matrimonio en 2005.
Para su segunda ronda, Ebrard le dio un beso al espectáculo. Casi una semana después de la elección de 2006, específicamente el 8 de julio, el entonces político perredista y recién electo jefe de Gobierno del Distrito Federal se casó con la actriz Mariagna Prats Donovan, quien lo acompañó como primera dama chilanga. El amor les duró poco menos de un sexenio. “La maldición de Tláhuac”, entre otras causas, los llevó a firmar el divorcio el 21 de enero de 2011, previo a la elección presidencial de 2012.
A tres días de cumplir los 52 años, Marcelo se volvió a casar el 7 de octubre de 2011. En esta ocasión fue con la guapa diplomática Rosalinda Bueso Asfura (Tegucigalpa, Honduras, 4 de junio de 1977), a quien Ebrard le lleva 18 años.
En abril de 2007, Rosalinda fue nombrada embajadora de Honduras en México, cargo que ocupó hasta 2010. En ese tiempo sucedió el golpe de Estado que destituyó al presidente Manuel Zelaya en Tegucigalpa y tras la toma de la sede diplomática de los golpistas en México, Marcelo entró al rescate de Rosy y, desde aquel 20 de junio de 2009, cupido comenzó a hacer su chamba.
Dos años después de la boda de Marcelo y Rosy –celebrada en una propiedad privada de la capital del país y en la que ella lució un vestido con estampado de flores– se convirtieron en padres de los “guadalupanos” mellizos, Ivanna y Julián, que decidieron nacer el 12 de diciembre de 2013.
Actualmente la trilingüe Rosalinda, quien es Licenciada en Administración de Empresas Turísticas y Técnico Superior en Mercadotecnia y Ventas por la Universidad Tecnológica Centroamericana, se ha sumado a la campaña de su esposo y, alternamente, funge como directora general de Estrategia y Comunicación en Aster, S.A. de C.V.