La percepción de inseguridad que tienen los habitantes de Jalisco no ha cambiado mucho de seis años a la fecha, por lo que este es uno de los principales retos a los que se enfrentará la siguiente administración estatal.
En 2018, el 73.4 por ciento de la población decía sentirse insegura en la ciudad, hoy, en 2024 y a un día de las elecciones para elegir al próximo gobernador o gobernadora del estado, esta sensación aumentó un punto: ahora es de 74.4 por ciento.
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Este sentimiento es particularmente fuerte en áreas urbanas como Guadalajara, donde el 81.2 por ciento de los habitantes reportan sentirse inseguros.
Al revisar los datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), queda claro que el tema central para quien quede electo como gobernante de Jalisco es que la población siente que vive en un lugar inseguro.
¿Cómo está la percepción de inseguridad?
La ENSU también señala que en otros municipios del Área Metropolitana de Guadalajara, como Zapopan y Tlaquepaque, más del 70 por ciento de los residentes se siente inseguro, con robos a transeúntes, vehículos y viviendas siendo los delitos más comunes.
Además, los datos muestran que la percepción de inseguridad varía entre diferentes grupos demográficos. Las mujeres, por ejemplo, reportan sentirse más inseguras que los hombres, con un 78.5 por ciento de ellas expresando temor en comparación con el 70.2 por ciento de los hombres. En municipios rurales, aunque la percepción de inseguridad es menor, sigue siendo un problema significativo debido a la falta de presencia policial y la limitada infraestructura de seguridad.
La falta de confianza en las fuerzas de seguridad pública y la percepción de impunidad son factores que agravan esta situación. La necesidad de fortalecer la presencia policial, mejorar la infraestructura de seguridad y restaurar la confianza de los ciudadanos en las instituciones encargadas de su protección se presenta como un reto fundamental. La información subraya la importancia de implementar estrategias efectivas y sostenibles para combatir la criminalidad y mejorar la seguridad en el estado.
Además de la inseguridad, el próximo gobernador de Jalisco enfrentará un estado marcado por una creciente población joven, una economía diversificada, pero desigual, y retos significativos en salud y pobreza.
En términos demográficos, Jalisco es el tercer estado más poblado de México, con 8 millones 348 mil 151 personas, de acuerdo con datos del Censo de Población y Vivienda 2020. La mayoría de la población se concentra en áreas urbanas, especialmente en el Área Metropolitana de Guadalajara, que alberga a más de la mitad de los habitantes de la entidad. La estructura poblacional muestra una alta proporción de jóvenes: el 25.3 por ciento tiene entre 0 y 14 años, y el 17.9 por ciento entre 15 y 29 años. Esta juventud implica una demanda creciente en servicios educativos y oportunidades laborales.
Jalisco en busca de más empleos formales
La economía de Jalisco es diversificada y robusta. En 2023, el estado reportó ventas internacionales por 2 mil 929 millones de dólares. Los sectores más destacados incluyen la manufactura, la tecnología y los servicios, con Guadalajara como un punto importante para la industria tecnológica. Pero el estado también hay una tendencia a la informalidad laboral, que afecta al 48.9 por ciento de los trabajadores, y la desigualdad económica. El próximo gobierno tendría que enfocarse en políticas que promuevan la formalización del empleo y la reducción de la brecha económica.
En el ámbito de la pobreza, Jalisco enfrenta retos significativos. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), el 33.6 por ciento de la población vive en condiciones de pobreza, y el 4.9 por ciento en pobreza extrema. A pesar de una ligera mejora en los últimos años, las disparidades regionales y la vulnerabilidad de ciertos grupos, como los indígenas y las comunidades rurales, siguen siendo preocupantes. Abordar la pobreza requerirá políticas integrales que combinen asistencia social con oportunidades de desarrollo económico y educativo, enfocándose en las áreas más afectadas.
En salud, Jalisco ha mostrado avances, pero enfrenta importantes baches. Los datos del INEGI reportan que el 16.2 por ciento de la población no tiene acceso a servicios de salud. Además, la infraestructura sanitaria está distribuida de forma desigual, con una mayor concentración de recursos en áreas urbanas y una cobertura limitada en zonas rurales.
El próximo gobierno deberá trabajar para mejorar la cobertura y calidad de los servicios de salud. Esto incluye fortalecer el sistema público, aumentar la inversión en infraestructura y garantizar el acceso a medicamentos y tratamientos.
SRN