Desde temprano, las y los mexiquenses salieron a las urnas; se pronosticaba un día histórico y la entidad con el mayor número de población tenía la obligación de realizar una aportación importante, vital, en el rumbo del país.
Aunque los resultados se darían hasta ya muy entrada la noche, en las casillas ganaba la democracia; las largas filas en las casillas instaladas a lo largo y ancho del territorio estatal auguraban su triunfo y fue así como el Estado de México se sumó a la celebración social.
La elección de las “primeras veces”
Con una importante participación, y en general bajo un ambiente de responsabilidad ciudadana, el Estado de México nuevamente vivió un proceso electoral, el más grande del país, pues su lista nominal es de prácticamente 13 millones de electores, lo que incluso rebasa la población de Ciudad de México que es de 9.2 millones de personas.
Todo parecía estar listo para tener una verdadera cita con la historia, pues por primera vez, en las boletas electorales aparecieron dos mujeres que aspiraban a ocupar la presidencia de México, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, que junto con el candidato Jorge Álvarez Máynez, abrieron paso a una nueva forma de “conectar” con las y los electores.
Además, en la entidad también se elegían presidencias municipales, diputaciones federales, locales, y senadurías, todos estos cargos, bajo medidas afirmativas con las que se buscaba ampliar la participación de grupos que históricamente han sido minorías o han tenido una escasa participación y representación en la vida política y las instituciones.
Así, todo parecía alinearse, pues en la entidad también por primera vez la gobernadora Delfina Gómez Álvarez enfrentaba lo complejo de un proceso electoral; pero ahora desde la gubernatura. Ese “estira y afloja” particular que se da entre las fuerzas políticas que conviven en un mismo espacio; los cuestionamientos, los señalamientos y la violencia, no se hicieron esperar.
Por vez primera una mujer gobernadora se sentaba en diálogo con las y los representantes de los partidos, dando así una nueva página a la historia del Estado de México, que ahora bajo un gobierno de alternancia, observaba un proceso electoral, que para muchos fue “polarizado”, pero que también dejó claro que es tiempo del TikTok, de Instagram, de seguir con “las tendencias”, pues ahora la preferencia electoral, también se midió desde los “likes”.
Muchos nombres conocidos aparecieron en las boletas electorales locales, en su mayoría buscando la reelección, algunos sin mucha competencia, otros más con un trabajo previo que los respaldaba; pero en general, las y los mexiquenses se mostraron hasta orgullosos de salir y votar.
La capital mexiquense, sin duda, una de las más peleadas, otros municipios tenían una tendencia clara y prácticamente irreversible, entre ellos Metepec, Ecatepec, Huixquilucan.
Sobresale la participación no solo de las y los jóvenes, también de las personas adultas mayores, que sin importar el sol, los minutos de espera o las largas filas, estaban gustosos de ser invitados a esta fiesta de la democracia.
Saldo negro
Lo negativo también fue tendencia, ya no se pudo hablar de saldo blanco durante este ejercicio democrático, ya que dos personas fueron asesinadas, ambas militantes de Movimiento Ciudadano (MC) en el municipio de Jiquipilco, nuevamente en la zona norte de la entidad.
Fueron habitantes quienes lograron captar el cruento hecho y es que su teléfono celular grabó la aparente discusión que no estaba claramente relacionada con los comicios.
Uno de los involucrados detonó un arma de fuego contra las víctimas, para después escapar, hechos que fueron dados a conocer por las autoridades electorales, pero no a fondo, incluso fue el propio partido político el que tuvo que salir a decir las consecuencias de la tragedia.
PNMO