Sheinbaum cumple un año liderando la carrera presidencial

La publicación de datos electorales cayó como balde de agua fría en la oposición: Claudia supera por 20 puntos a Xóchitl. “Sigue siendo la rival a vencer”, comenta Roy Campos.

A Sheinbaum le está funcionando su apuesta de presentarse como la mejor opción de “continuidad”. | Diseño: Mauricio Ledesma
Salvador Frausto
Ciudad de México /

La semana pasada, un balde de agua fría recorrió los cuarteles generales de PAN, PRI y PRD. Las cifras de un puñado de encuestas fueron cayendo a cuentagotas. Una tras otra. Claudia 51 por ciento, Xóchitl 30.9 por ciento (Mitofsky); Sheinbaum 52 por ciento, Gálvez 30 por ciento (Electoralia). 

Otros estudios de opinión reflejaban la misma tendencia: si hoy fueran las elecciones presidenciales, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México con licencia superaría a la senadora panista por unos 20 puntos.

Si hoy fueras las elecciones, Sheinbaum superaría a la senadora panista por unos 20 puntos.. │Octavio Hoyos

Traducido en cantidad de votantes, ese 20 por ciento de diferencia equivale a 11.3 millones de electores potenciales, tomando en cuenta el número de mexicanos que acudió a las urnas en 2018.

Pasado el frenesí que suscitó “la corcholata azul”, el único indicador que sigue colocando a la hidalguense en la cima de la conversación política es el número de menciones que obtiene en los medios de comunicación: Oráculus reporta que mientras Xóchitl Gálvez habría gastado la semana pasada 274 millones de pesos en su cobertura mediática, Claudia Sheinbaum habría invertido 136 millones de pesos.

La concentradora de encuestas señala que el 55 por ciento de las notas periodísticas sobre Sheinbaum fueron positivas, al tiempo que el 45 por ciento de las referencias acerca de Gálvez fueron favorables.

“El boom inicial frentista se paró con los primeros datos reales, con las mediciones que hicieron las encuestas sobre el panorama electoral, con los careos, en el uno a uno el Frente Amplio Opositor sigue abajo: Claudia le saca unos 20 puntos a Xóchitl”, comenta Roy Campos en entrevista con MILENIO.
“Y pues Claudia sigue siendo la rival a vencer, no está tomando riesgos, sabe que va adelante, está esperando que se agote el tiempo para mantener su ventaja al momento que se hagan las encuestas de Morena; ahorita está unos siete puntos por encima de Marcelo”, añade.

El experto en campañas y marketing político explica que la energía ganadora de Sheinbaum está cumpliendo un año. Hasta junio de 2022, Ebrard superaba a su colega de partido por unas cuantas décimas, pero a partir de agosto del año pasado la jefa de Gobierno de la Ciudad de México con licencia comenzó a escalar en las preferencias ciudadanas. Desde entonces no ha cedido el liderato.

Incluso en búsquedas de Google ha ido a la vanguardia entre las corcholatas desde hace un año, salvo a finales de septiembre de 2022 y principios de junio de 2023, cuando Marcelo la superó en consultas de internet. La emergencia de Gálvez escaló a finales de junio, pero poco a poco ha ido disminuyendo.

Recta final

Pasada la sexta semana de contienda interna, los aspirantes presidenciales de Morena, PT y PVEM parecen haberse quedado sin parque. 

Los discursos lucen repetitivos y, a decir de Roy Campos, el diseño del esquema de competencia resultó “muy aburrido”. ¿Qué más pueden decir si no los dejan hacer propuestas? No pueden debatir, no pueden enviar a los suyos a los medios de comunicación para animar la discusión política.

Pero aunque pareciera que no hay movimiento, las campañas no campañas han mostrado que Claudia y Marcelo se consolidaron como los aspirantes con mayores posibilidades de obtener la nominación presidencial de la coalición gobernante. Adán Augusto López se ubica en un sólido tercer lugar y las demás corcholatas parecen haber entendido que acumularán capital político para continuar su carrera por otras veredas partidistas.

Adán Augusto López en una asamblea informativa de Tláhuac. | Juan Carlos Bautista

Visto así, a Sheinbaum le está funcionando su apuesta de presentarse como la mejor opción de “continuidad” del modelo impulsado por Andrés Manuel López Obrador. Roy Campos explica que el mensaje de “soy la favorita del presidente” permeó rápido en las bases morenistas, quienes representan alrededor del 60 por ciento del electorado.

Y a pesar de que el pleito AMLO-Xóchitl le roba reflectores a Claudia, el especialista en estudios de opinión asegura que López Obrador –“quien sí sabe de encuestas y de campañas”– entró a romper la narrativa de la senadora panista.

“Había que cambiar el relato de la indígena que sale de un pueblito, progresa, es empresaria, por el mensaje de que es la millonaria que probablemente se ha beneficiado de su paso por la política”, apunta.

Mientras el Presidente pagaba el costo de esta embestida, con dos o tres puntos menos de popularidad, Sheinbaum se mantenía alejada de diatribas y pleitos, en primer lugar de casi todas las encuestas, a pesar de que Ebrard ha escalado unos cuatro puntos.

El ex canciller, por su parte, ha tomado riesgos al proponer el Plan Angel, su programa para combatir la inseguridad con herramientas tecnológicas, ha insistido en debatir con sus compañeros aspirantes y hasta con Xóchitl. Ha sido mediático –incluso desobedeciendo la recomendación de no acudir a medios “neoliberales”–, está en redes, baila…

Marcelo Ebrard en una asamblea informativa realizada en Ixtapaluca. | Jorge Carballo

A cuatro semanas de levantarse las encuestas de Morena, las mediciones de Consulta Mitofsky señalan que Claudia obtendría 30.9 por ciento de las preferencias, frente a 23 por ciento de Marcelo y 16.3 por ciento de Adán Augusto.

El estudio de opinión señala que Sheinbaum representa mejor los valores de la 4T (37.9 ante 15.1 por ciento), mientras que Ebrard tiene un mejor conocimiento del país (38.9 versus 33 por ciento).


Hasta hace dos años, el ex canciller era más conocido que la jefa de Gobierno con licencia: ahora el 75.2 por ciento reconoce a Claudia, 72.8 por ciento a Marcelo y 55.8 por ciento a Adán Augusto.

En este terreno, comenta Roy Campos, Xóchitl Gálvez está aún rezagada, ya que menos del 50 por ciento de los mexicanos la ubican. Apenas en junio pasado, por ejemplo, comenzaron las encuestadoras a medir sus posibilidades en la carrera por la sucesión presidencial. Durante una gira por Oaxaca, la propia hidalguense reconoció públicamente que ahí nadie la conocía.

Estrategia Delfina


Ante la recién horneada batería de datos electorales, el experto en comunicación política observa que Claudia está siguiendo la misma estrategia que implementó Delfina Gómez en el Estado de México: apuesta a no perder, a no tomar riesgos, a mantener su ventaja, a no cometer errores…


De aquí a finales de agosto jugará con el cronómetro: esperará a que se agote el tiempo. A partir de entonces, comenzará a escribirse una nueva historia: la verdadera lucha por la Presidencia de la República en medio de un ambiente favorecedor: Morena y sus aliados controlando 23 de 32 gubernaturas, un Presidente con 60 por ciento de aprobación, unas mayorías que rechazan los membretes de PRI, PRD y PAN…

En el entorno de Sheinbaum se asegura que actualmente está concentrada en superar en las encuestas de Morena a sus colegas de movimiento, sin distraerse con los lances de la senadora panista. Esa lucha vendrá después.

Xóchitl Gálvez en un evento realizado en Oaxaca. | Ariana Pérez

Los careos de Electoralia señalan que cualquiera de las tres corcholatas punteras vencería en las urnas a la senadora panista: Claudia le ganaría 52 frente a 30 por ciento, Marcelo obtendría 51 ante 30 por ciento y Adán Augusto se impondría 49 a 30 por ciento.


El reto para la hidalguense será romper el cerco que la ubica como “la candidata del 30 por ciento”, una cifra que copetea la cantidad de mexicanos que se consideran contrarios a las políticas del Presidente (sólo el 21 por ciento se declara abiertamente antiobradorista).

Claudia Sheinbaum durante una asamblea informativa en Huejotzingo, Puebla. | Jorge Carballo

Como antecedentes históricos de las probabilidades de triunfo de los punteros, están las elecciones recientes: a un año de los comicios de 2012 y 2018, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador lideraban las encuestas y ganaron, pero, en contraste, un año antes de las elecciones de 2000 y 2006, Francisco Labastida y López Obrador iban arriba en las mediciones y perdieron.

Así que parafraseando a Marshall Berman: en democracia, todo lo electoral se desvanece en las urnas.


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