Un puñado de profesionistas que participan en la promoción del Frente Amplio por México –así se llamaba hasta hace unos días– estaban entusiasmados aquella noche, eufóricos, manoteadores.
Corrían los días más cálidos de julio cuando todo parecía indicar que la candidatura de Xóchitl Gálvez estaba prendiendo una llama que olía a incendio. “Esta cabrona se come de un bocado a Claudia en un debate”, decía una mercadóloga mientras se servía su tercera copa de vino tinto.
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Los tertulianos no militan en el PAN ni en el PRI ni en el PRD, pero se aventaron a las arenas de la política porque consideran que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador es uno de los peores que ha tenido México. Extrañan más a Vicente Fox y a Felipe Calderón que a Enrique Peña Nieto. Están convencidos de que los programas sociales inhiben el emprendedurísmo y siembran la semilla de la “huevonería”. Añoran las estancias infantiles y están convencidos de que el desabasto de medicamentos es un crimen del ogro filantrópico.
Cuatro meses después de aquella velada de algarabía los vuelvo a ver. Ahora están haciendo planes para regresar a sus vidas profesionales porque “la Xóchitl no prende”. Seguirán apoyando la campaña a medio gas porque el objetivo es ganar la mayor cantidad de posiciones en el Congreso, para que Claudia Sheinbaum tenga un contrapeso cuando gane la Presidencia. No parecen tener dudas de que así será: son científicos sociales, leen encuestas, están informados, ven de cerca las entrañas de la campaña opositora.
Y es que el llamado boom de Xóchitl Gálvez duró de finales de junio a mediados de septiembre. En ese lapso, la panista hizo crecer a la alianza unos cuatro puntos, según la encuesta de encuestas que publica diariamente Polls.mx. Las preferencias electorales saltaron de 30 a 34 puntos.
Las búsquedas de Google se desplomaron un poco antes. Claudia Sheinbaum ha dominado el interés de los ciudadanos desde hace año y medio, con la excepción de julio y agosto, cuando la senadora con licencia encabezó el indicador que sirve para medir la curiosidad de los mexicanos sobre distintos temas.
La medalla de oro por su presencia en medios de comunicación también duró poco. Xóchitl arrasó en julio y agosto. Prácticamente doblaba la cantidad de notas periodísticas que obtenía Claudia. Los registros de Oraculus.mx reflejaban a una prensa fascinada por la incorporación de la hidalguense en la carrera presidencial.
Muchos columnistas y conductores de radio y televisión parecían estar disfrutando la fiesta que presagiaba el retorno al buen camino. Pero llegó septiembre con un balde de agua fría: Sheinbaum regresó a las primeras planas de los diarios, los mejores espacios de las páginas web, los titulares de los medios electrónicos.
El dato duro que no sale de la cabeza de los profesionistas opositores que perdieron el entusiasmo es que, según Polls.mx, Xóchitl Gálvez ya le hizo perder un punto porcentual a la alianza entre PAN, PRI y PRD. En julio tenían 30 por ciento de las preferencias electorales y a finales de noviembre alcanzaban 29 por ciento. ¿Qué pasó? Los chistes malos, los brincos, las groserías, los albures, la presunta tesis plagiada, los contratos de su empresa privada con los gobiernos, el teleprompter y así.
La animadversión al Obradorísmo parece topar con un techo de 30 por ciento, por eso se ha expandido el mote de “la candidata del 30 por ciento”. La esperanza de Fuerza y Corazón por México –así se llama ahora– se centra en lo que puedan conseguir en el Congreso y en un par de gubernaturas: Guanajuato y acaso Yucatán.
Perfil técnico y científico
En la banqueta de enfrente se siente un ánimo parecido al que había en el equipo de Morena en la campaña de 2018. Andan contentos, hacen cálculos de los puestos políticos que podrán repartirse. También se les ve concentrados. Los 'cuatroteros' se dejan ver en los desayunaderos políticos, en las cantinas, en los cafés del centro de la Ciudad de México. Muchos traen corbatas o bolsas nuevas, zapatos más lustrados que en otros tiempos.
De acuerdo a la medición de Polls.mx, entre julio –cuando recibió el bastón de mano– y finales de noviembre, Claudia Sheinbaum aportó seis puntos a la coalición encabezada por Morena. Y si vemos la gráfica ampliada, las preferencias electorales por esta opción política crecieron ocho por ciento en el último año y medio, mientras que Gálvez Ruiz ya le restó un punto a su alianza.
En noviembre, las búsquedas de Google con la palabra Sheinbaum eran 63 por ciento más abultadas que las de Gálvez. La cobertura en medios de la ex jefa de Gobierno es cinco por ciento mayor que la de la ex alcaldesa de Miguel Hidalgo, aunque ésta última gana en cobertura negativa: tiene 14 por ciento frente al ocho por ciento de notas adversas de su contrincante.
Luego de un par de meses de preocupación –julio y agosto–, los 'claudistas' han dejado de hablar mal del dirigente de su partido, Mario Delgado, y ven atributos de estadista a su candidata. El estilo científico, pragmático e izquierdista de Sheinbaum los tiene como pirinolas. A contracorriente de lo que algunos preveían, soltar a Omar García Harfuch para favorecer a Clara Brugada le sumó aplausos a la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Acalorado y con el nudo de la corbata aflojado, un alcalde de la capital del país habla del “estilo personal de gobernar de Claudia, más científico que el de Andrés Manuel”.
Quieren a Claudia: “Claudia es Claudia”. Su candidatura los motiva, aunque algunos tienen más preocupación de la que se respira en la oposición. Mientras que los allegados al empresario Claudio X. González dan por hecho el triunfo morenista, los morenistas andan cautelosos sobre la decisión que tomará Movimiento Ciudadano. Samuel García parecía el personaje ideal para arrebatarle un segmento del mercado electoral a Xochitl, pero ahora… ¿quién será el abanderado naranja?
En entrevista con MILENIO, el ChatGPT asegura que “el perfil técnico y científico de Sheinbaum le ha otorgado un enfoque particular en la toma de decisiones, enfatizando la importancia de la evidencia y la investigación en la formulación de políticas”.
El robot de Inteligencia Artificial añade que “representa un fenómeno político interesante en México, personificando la transición de la academia a la política y encarnando los ideales de la llamada cuarta transformación propuesta por López Obrador”.
Sobre Gálvez, la herramienta que se alimenta de las conversaciones en medios y redes sociales asegura que “su participación en la defensa de los derechos de los indígenas y su activismo en temas ambientales fueron precursores de su incursión en la política”. Y remata: “Durante su gestión en la delegación Miguel Hidalgo, buscó implementar políticas de movilidad urbana y mejorar la infraestructura en una de las demarcaciones más importantes de la capital”.
Hace unos días, los 'galvistas' parecieron recuperar el ánimo. Y destacan un dato: el priista Francisco Labastida y el perredista Andrés Manuel López Obrador iban adelante en las encuestas a siete meses de las elecciones de 2000 y 2006, y terminaron perdiendo frente a Vicente Fox y Felipe Calderón. “Los panistas saben que caballo que alcanza gana, pensar así es una sabia tradición”, dice un politólogo cercano a la campaña de Xóchitl.
Pero, revira un morenista desde la cantina Covadonga, en la capitalina colonia Roma: “Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador arrancaron líderes en las encuestas previas a 2012 y 2018, y terminaron líderes, Claudia es inalcanzable a estas alturas”.
¿Será?
IOG