Si los purépechas la nombraron su 'nana', otomíes y mazahuas de Michoacán le abrieron las puertas a Claudia Sheinbaum este jueves en Zitácuaro.
Un par de mujeres indígenas de estas etnias aprovecharon un acto político para vestir como dictan sus costumbres a la precandidata presidencial de Morena, Partido del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (PVEM).
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Para que portara las prendas tradicionales, Sheinbaum Pardo tuvo que quitarse su chamarra y una bufanda que la protegían del frío —nueve grados— que se percibía esta noche en Valle de Quencio.
La vestimenta estaba integrada por un fondo, una camisa de manga larga y encima un saco, estas últimas prendas presentaban hermosos bordados regionales y un color blanco impecable.
Y porque las costumbres no siempre van peleadas de la política, enseguida le pusieron unas naguas y un morral color guinda, el primero cubierto un poco por un delantal del mismo tono de la camisa.
Una vez que portó las prendas otomíes y accesorios mazahuas, Claudia Sheinbaum abrazó a Maricela, artesana otomí.
“Ya es una de nosotras”, presumió la mujer ataviada con prendas color azul cielo.
Pero ahí no terminaron las tradiciones. Un líder indígena mazahua con bastón de mando en mano, inició una ceremonia para la que exclusivamente colocaron pasto en la calle aledaña a la plaza cívica de Zitácuaro, donde unos minutos después inició el mitin.
Mientras tanto, el líder indígena leyó en su lengua un texto como parte de esta ceremonia, que incluyó una limpia con incienso y vista a los cuatro puntos cardinales, todo con una bandera mazahua de fondo con los elementos de su cultura: mariposas, venados, maíz y sol.
Al terminar el acto proselitista, Claudia Sheinbaum recibió el bastón de mando de estas etnias michoacanas y antes de despedirse les dejó un mensaje: “Es un privilegio servirles”.
IOG