Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez enfrentan el periodo de mayor riesgo en sus aspiraciones. Tras arrancar el proceso electoral, intentan blindarse de los actos anticipados de precampaña que son cada vez más posibles de acreditar, pues la violación a la Constitución y las leyes electorales pueden tener como consecuencia impedirles continuar en la contienda presidencial.
Los recorridos de las dos eventuales candidatas presidenciales son como un campo minado. Después de semanas adelantando los tiempos electorales ante el inédito aval del Instituto Nacional Electoral y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, cualquier paso en falso puede impedir su registro.
Con eventos cerrados, banderas que dejen claro que se trata de reuniones exclusivas para militantes y simpatizantes, o con advertencias de que no son tiempos electorales, pero sin lograr impedir que les griten ‘¡Presidenta!’, han implementado distintas estrategias y acatado cada orden de las autoridades electorales, para continuar sus aspiraciones anticipadas siempre, al margen de la ley.
Después de resultar ganadoras en los procesos internos de sus respectivos partidos, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez han mantenido sus visitas a las entidades, durante el tiempo que va del inicio del proceso electoral el pasado 7 de septiembre al arranque de las precampañas el próximo 5 de noviembre, conocido en el ámbito electoral como “periodo de prevención”, que es el más delicado para las aspirantes.
El artículo 3 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales prohíbe “las expresiones que se realicen bajo cualquier modalidad y en cualquier momento durante el lapso que va desde el inicio del proceso electoral hasta antes del plazo legal para el inicio de las precampañas, que contengan llamados expresos al voto en contra o a favor de una precandidatura”.
Mientras que el artículo 226, párrafo 3, advierte que “los precandidatos que participen en los procesos de selección interna convocados por cada partido no podrán realizar actividades de proselitismo o difusión de propaganda, por ningún medio, antes de la fecha de inicio de las precampañas. La violación a esta disposición se sancionará con la negativa de registro como precandidato”.
Por lo que, en el caso de Claudia Sheinbaum, desde que inició el proceso electoral ha recorrido Michoacán, Chiapas, Sonora, Sinaloa y Oaxaca bajo el cargo de coordinadora de los Trabajos de la Defensa de la Cuarta Transformación, y como parte de su blindaje, antes de comenzar a hablar y en las transmisiones marca la leyenda “mensaje para militantes y simpatizantes de Morena”, para acreditar ante el INE que se trata de trabajos internos de organización del partido.
A Claudia la arropa la plana mayor del partido, el dirigente nacional, Mario Delgado, la ha acompañado a todas sus actividades, así como integrantes del Consejo Nacional de Morena, del Comité Ejecutivo Nacional o de los Consejos Estatales que visita, así como funcionarios y el gobernador de la entidad, todas hasta ahora, gobernadas por Morena.
Sin embargo, el equipo morenista ha aprendido de la experiencia. Después de que en los dos últimos procesos electorales la Sala Superior del TEPJF ha emitido sentencias por inequidad en las contiendas, ocasionadas por los gobernadores de Morena, con jurisprudencias que han concluido que los mandatarios no pueden tener participaciones activas en eventos proselitistas, Claudia se ha blindado.
En cada entidad, la acompañan los mandatarios, ella los menciona y como parte de su plan para blindarse de señalamientos legales, aclara que no pueden tener participación activa:
“Primero quiero que le demos un gran aplauso a nuestro gobernador Alfredo Ramírez Bedolla que está aquí con nosotros, les voy a platicar por qué está aquí abajo y no está aquí arriba, es que si no, lo sanciona el Instituto nacional Electoral, como es domingo, las reglas son que puede estar aquí, pero no puede estar en el templete, pero es igual como si estuviera aquí arriba porque lo queremos mucho”, dijo en su recorrido por Michoacán.
Lo que repitió en Oaxaca el pasado fin de semana: “quiero agradecerle a Salomón Jara que está aquí presente y ustedes se van a preguntar ¿por qué Salomón está sentado en el auditorio?, porque así lo pide el INE”.
Los eventos de Claudia han dejado de ser en las plazas públicas para evitar que la oposición pueda acreditar que dio un mensaje a la ciudadanía en general, lo que podría implicar actos anticipados de precampaña.
La misma estrategia de blindaje ha seguido Xóchitl Gálvez, aunque con menos equipo, sin el respaldo de las dirigencias del PAN, del PRI o del PRD ni funcionarios de primer nivel en las entidades que ha visitado.
Como coordinadora del Frente Amplio por México y todavía sin renunciar a su cargo como senadora de la República, Xóchitl ha visitado Zacatecas, Durango y Campeche, en reuniones mucho más pequeñas que Claudia Sheinbaum y con mensajes más controlados, rodeada de empresarios y en reuniones con simpatizantes de los tres partidos, divididos por bloques, con prendas de colores y banderas de cada uno.
A pesar de no contar con el respaldo de funcionarios públicos, Xóchitl ha sido cuidadosa en sus mensajes con frases como “No puedo decir lo que me dijo, porque ahorita tengo prohibido por el INE hablar de esta aspiración”.
O “vamos a recuperar ya saben qué, vamos a recuperarla porque este gobierno le ha fallado a los mexicanos, quiero que sepa el Presidente que yo tengo los ovarios para enfrentar a la delincuencia, aquí no va a haber abrazos para los delincuentes y balazos para los ciudadanos”.
El contraste en la estrategia de Xóchitl se exhibe en sus propias redes sociales, donde tan sólo en los primeros 20 días de septiembre, el Instituto Nacional Electoral ya le ordenó eliminar 25 publicaciones de ‘X’ antes Twitter, por poder constituir posibles violaciones a las normas electorales.
A pesar de que ambas acumulan decenas de denuncias por actos anticipados de precampaña desde hace meses, hasta ahora ninguno se había podido acreditar, pues la normativa indica que se deben acreditar los elementos personal (que la implicada participe), subjetivo (que se acredite un llamado al voto de forma textual o con equivalentes) y temporal, que hasta ahora en ningún caso se había cumplido porque la participación de ambas en el proceso electoral federal, se consideraba un hecho futuro de realización incierta.
Con el proceso electoral en curso y con cargos partidistas que las anticipan como eventuales precandidatas únicas, los tres elementos pueden acreditarse y tener diferentes consecuencias, desde medidas cautelares y sanciones como amonestaciones públicas, hasta la pérdida del derecho a registrarse por violentar las leyes electorales.
EHR