La noche de este jueves los hidalguenses tomaron la plaza Juárez de Pachuca, la sede del Poder Ejecutivo, el cual hace apenas 10 días cambió de manos y de colores.
Culminó la era del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el cual se mantuvo por 93 años en la gubernatura e inició un periodo de expectativa luego de que Morena tomara el poder por la vía de Julio Menchaca Salazar. Pero en el espacio público no existió distinción partidista, no hubo colores y, como en la fachada del palacio de gobierno estatal, el guinda y el tricolor convivieron en armonía.
“Primero el pueblo”, es el slogan que la nueva administración eligió para celebrar este 15 de septiembre; y poco a poco éste se hizo presente en la explanada que a la distancia admiraba la efigie de Benito Juárez, el cual enmarca la frase “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”; letras que apenas resaltan ante el reflejo de las luces verdes, blancas y rojas que adornan el espacio público.
El palacio de gobierno mantiene una base guinda con detalles dorados, en frente los colores de la bandera, ese tricolor que por 93 años no solo fueron representación de la nación, sino un escudo para Hidalgo; hoy quedan atrás y la gente no lo nota, no lo reciente, bailan por igual como lo hacían hace dos años cuando se llevó a cabo la última celebración por esta efeméride, pues se suspendió por la pandemia de covid-19. Viven su libertad de la misma forma, no cambian, es un festejo para todos los mexicanos.
Sin divisiones
A cada minuto llega más gente a la explanada de la plaza Juárez, algunos visten de azul, otros de rojo, otros más de amarillo, guinda e incluso verde olivo; no se agreden, no se insultan, la división que vive el país por los partidos políticos se difumina en esta fecha en la que todos los mexicanos e incluso foráneos conviven en armonía, celebran y viven la libertad que tanto costó a los denominados “héroes de la patria”, una voz, un pueblo que gritó con “ánimo desbordado”, como dice el actual mandatario estatal, “¡Viva Hidalgo, viva México!”.
El eco del grito de los presentes resuena por la Bella Airosa, explotan los fuegos artificiales iluminando la plaza Juárez, dejando ver por instantes a las personas que hombro con hombro presenciaron la alternancia del partido en el poder; el cual pasó a segundo plano mientras el nuevo gobernador repicó la campana una y otra vez para recordar el llamado a las armas de Miguel Hidalgo, el cual hoy en día se traduce en paz y armonía sin división de colores.