En los ejidos de Linares no les queda más que rezar

Crónica

Habitantes de la zona rural linarense aseguran que en 50 años no vivieron una situación como la actual, pues tienen que recorrer varios kilómetros para conseguir el líquido

Al no haber lluvias, no crece la hierba, provocando que los animales no se desarrollen de manera correcta. Víctor González
Víctor González
Linares /

Elevar plegarias y esperar un milagro, es la única esperanza que hoy en día tienen campesinos y agricultores de Linares, ante la severa sequía que se vive en Nuevo León.

"Pues pedirle a Dios que mande agua, a ver si se nos mejora esto. Ya tenemos bastante tiempo con esta sequía que nos ha pegado muy fuerte, ya tenemos varios meses, hasta los animales se quedaron sin agua y tenemos que ir unos cinco o seis kilómetros para traerla", relató entre lágrimas Domingo Pérez, del ejido Dolores de San Julián.
"Aquí lo que queremos es agua y rogándole a Dios a ver si llueve, pero pues hasta ahora no ha llegado nada. Ya ahorita ya estamos declarados en sequía total", añadió Aurelio Marín.

Con la escasez de lluvia, la presa vacía y el río Potosí sin agua, los ejidatarios se vieron obligados a dejar de lado la agricultura.

"No, pues bastante fuerte, te comentaba que ya tenemos casi dos años en que nos faltan las lluvias y aquí están las pruebas con la presa. Esta presa se construyó hace 50 años y desde entonces nunca en su vida se había secado", expresó Ubaldo Chávez, comisario ejidal.

El panorama para los próximos meses no es alentador para los habitantes de Dolores de San Julián, ni para el resto de los ejidatarios en Linares, quienes han visto como sus parcelas se secaron y no dan cosechas.

"Sembrábamos maíz y frijolito, es lo bueno que se da aquí y lo que más necesita uno, pero ya ahorita nada porque falta el agua. Ahora tenemos que ir a comprarlo a Linares", agregó Chávez.

Quienes se dedican a la ganadería relataron las dificultades que enfrentan, las cuales han provocado que sus ingresos disminuyan.

"Está muy difícil porque este zacate está completamente deshidratado y los animales ya no se lo tragan", explicó Ubaldo Chávez, quien cría alrededor de 70 cabras.

Otra problemática que viven es que al no sembrar maíz, el ganado solo come alimento vegetal.

"Cuando sembrábamos maíz y la pastura era para los animales y se acabó eso. Entonces ahora nos cuesta 40 pesos la paca. Yo a mis animales les estoy echando ocho pacas por día (320 pesos de gasto diario) y mis animales no me están dando nada", agregó el comisario ejidal.


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