Las banderas del Sol Azteca, los clamores por un fraude electoral y la entrada del llamado “Éxodo por la Democracia” a la capital presagiaban la rebelión más exitosa del PRI contra el candidato que impulsó a la Presidencia de 1994: Ernesto Zedillo.
Y es que mientras el Palacio Legislativo de San Lázaro recibía entre aplausos al economista, Tabasco ardía por las elecciones a Gobernador que terminaron en el polémico triunfo al priísta Roberto Madrazo Pintado sobre el perredista Andrés Manuel López Obrador; protagonistas del llamado Tabascogate.
El conteo de los más de 530 mil votos perfilaba a que el clan Madrazo volvería al poder de la entidad petrolera. El 57.5% de las personas apoyaron a Madrazo Pintado y sólo el 38.7% respaldó la segunda postulación de López Obrador, desatando una pelea de impugnaciones entre el PRD y el PRI estatal.
Acarreo de votos e irregularidades en el padrón electoral fueron las primeras acusaciones de la lucha del Sol Azteca por anular el proceso que acusaban de “fraudulento”. Y poco después partió rumbo a la Ciudad de México (CdMx) el “Éxodo por la democracia”, movimiento que en 1991 sacó a Andrés Manuel del anonimato.
La movilización llegó a su destino dos días antes de que Zedillo Ponce de León rindiera protesta, lo cual despertó preocupación dentro del tricolor local por una posible negociación con el poder central. Pero era un hecho, el conflicto había llegado a oídos del Ejecutivo y, con ello, tomó parte a través del Secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma.
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Entre amagos y acuerdos
La resistencia del PRD entró a su segunda fase en diciembre de 1994: lo que empezó como una advertencia terminó en realidad cuando alrededor de 400 militantes bloquearon 25 pozos petroleros, hicieron quemas de objetos en diversas plazas de la entidad y tomaron tramos carreteros.
Ello derivó en la detención de varios afines al Sol Azteca, pero la lucha seguía en pie y, por ende, también levantaron un plantón indefinido a los alrededores del Palacio de Gobierno de Tabasco para cercar la entrada y evitar el ingreso del ya gobernador priísta Roberto Madrazo.
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Las protestas parecían dar resultado. Para finales de ese mes trascendió que Esteban Moctezuma se había reunido por separado con López Obrador y Madrazo Pintado para dialogar y poner fin a la crisis política de Tabasco.
La condición para anular la elección, planteó el Secretario, era demostrar que más del 20% de las casillas habían presentado anomalías, toda vez que consejeros ciudadanos revisaran las actas y emitieran una opinión; siendo Santiago Creel, junto a José Agustín Ortiz Pinchetti, los que, de manera antelada, dieron fe de irregularidades en el 78% de la documentación, mientras que el bando tricolor negaba el dictamen.
Así pues, en enero de 1995 el Secretario de Gobernación ofreció repetir las elecciones de Tabasco avalado en el “Acuerdo Político Nacional” firmado por el PRI, PAN, PRD y PT y avalado por el propio Ernesto Zedillo— quien suscribió como “testigo de honor” el pacto que, por fin, sacaría a Madrazo de la gubernatura tabasqueño.
Dicho proceso se aunó al pacto que López Obrador y Esteban habían hecho por teléfono para destituir al gobernador a cambio de garantizar la estabilidad política y el regreso del PRD a la mesa de negociaciones de la “reforma de Estado” en el plano federal. Y el cual fue confirmado por el propio priísta tiempo después.
Pero Roberto Madrazo no quedó de brazos cruzados y dispuesto a no dejar el poder de Tabasco, desconoció el aval de Ernesto Zedillo y la intervención de Gobernación en la crisis política local que ya se había tornado en asunto nacional.
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Las cajas de la ‘infamia’
Los rumores de la eventual intervención presidencial en Tabasco encendieron las alertas en el PRI local, el cual, siguiendo ‘el juego’ del Sol Azteca, convocó actos de apoyo masivo a Madrazo y de críticas a la aún nueva gestión de Zedillo Ponce de León. Incluso la permanencia del priísta fue apoyada por un importante sector de empresarios.
Gracias a ello el 19 de enero de 1995, un mes después de tomar posesión, Roberto Madrazo logró entrar a la fuerza al Palacio de Gobierno que militantes del PRD habían custodiado desde hace un mes atrás, gracias al desalojo de perredistas por simpatizantes del gobernador.
“Roberto Madrazo y yo trabajaremos juntos hasta el año 2000”, dijo Zedillo en la visita que hizo a Tabasco cuatro meses después del triunfo del gobernador y el PRI local contra la batalla política de enero. “Me ha propuesto que trabajemos como uno solo”, refrendó.
Aún con el espaldarazo presidencial, el PRD insistía que el triunfo de Madrazo sobre López Obrador había sido un fraude electoral y convocó a un nuevo “Éxodo por la Democracia” rumbo a la CdMx, con una fuerza mucho menor a la observada en noviembre de 1994.
La movilización de cerca de 4 mil personas llegó a la capital mexicana el 3 de junio tras 41 días de recorrido y levantó un nuevo plantón frente a Palacio Nacional. Al cabo de dos noches, un paquete sin remitente llegó a manos de López Obrador con información que volvía a poner en entredicho al PRI y a Roberto Madrazo.
Se trataba de 32 cajas de documentación electoral y financiera del Revolucionario Institucional que revelaban un exceso de gastos en la campaña de Madrazo Pintado que superó por 70% a lo que la autoridad electoral autorizaba.
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Fue hasta el 9 de junio que López Obrador convocó a una conferencia de prensa para dar a conocer la información, en la cual se comprobaba un gasto de 237 mil millones de nuevos pesos del tricolor para la campaña de su candidato tabasqueño; cuando el PRD había invertido sólo 600 mil.
La revelación despertó una nueva esperanza para la caída de Madrazo, a quien Andrés Manuel había denunciado penalmente junto a otros 12 políticos ante la PGR por defraudación fiscal, asociación delictuosa, peculado, ocultamiento y más delitos electorales. Pero el tabasqueño priísta se mostró tranquilo, pues, afirmó, ni el Ejecutivo ni la Procuraduría Federal estaban facultados para atender la demanda.
Madrazo ‘contraatacó’ y solicitó la intervención de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la cual exoneró al priísta y remitió el expediente a la Secretaría de Hacienda tras declarar falta de elementos para castigar el supuesto exceso de gastos.
Al final, la PGR se dijo competente para investigar sólo 13 mil millones 440 mil pesos de un fideicomiso, mientras que la dependencia negó existencia de potenciales delitos. El PRI y Roberto Madrazo se mantuvieron de pie y, con las resoluciones de por medio, se dio por cerrada la batalla que consolidó su rivalidad con López Obrador.
ASG