La Conferencia del Epsicopado Mexicano dijo que las estaciones migratorias "no son 'albergues'" y que "operan como prisiones y castigo ante la migración irregular" ante las declaraciones el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el incendio que dejo a 40 migrantes muertos en Ciudad Juárez.
Los líderes católicos del país afirmaron que como Iglesia, se mantendrán "siempre al lado de quienes más sufren, de los excluidos, de los pobres y de los más necesitados".
Asimismo, urgieron a sus fieles a orar por el eterno descanso de las víctimas y de los 29 heridos de gravedad que dejó el incendio.
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Detallaron también que esta lamentable situación no es ajena y se dijeron preocupados ya que no se trata de casos aislados.
Recordaron a la persona de nacionalidad guatemalteca que perdió la vida en la Estación Migratoria de Tonosique, Tabasco en 2020, así como los hechos en la Estación de Piedras Negras, Coahuila en 2022.
Posteriormente, enumeraron las condiciones en las que viven las personas que son detenidas por el Instituto Nacional de Migración como el hacinamiento y sobrepoblación.
También destacó las "condiciones infrahumanas a las que son sometidas las personas en contexto de movilidad, son causa de las numerosas detenciones que realiza el Instituto nacional de Migración "como resultado de políticas migratorias de contención enfocadas en la seguridad nacional, mas no en la protección de los derechos humanos de las personas migrantes".
El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Rogelio Cabrera López y el secretario General de la CEM, Ramón Castro Castro detallaron que la Iglesia mexicana ha acompañado a las personas migrantes, refugiadas, víctimas de trata de personas, deportadas y en situación de desplazamiento forzado interno, y mantiene su compromiso con las personas en situación de vulnerabilidad.
Por lo que los Obispos de México hicieron un atento llamado a las autoridades de todos los niveles del país a no criminalizar a las personas migrantes.
aag