El gobierno mexicano tiene que tomarse con dos pizcas de sal las vacunas contra covid-19 que le llegan desde China y de Rusia porque a veces esos dos países entregan “con condiciones” y a cambio de “intereses políticos” e incluso “prometen un número y no es lo que dan”, advirtió Juan S. González, director para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
La advertencia, de viva voz de uno de los funcionarios de más alto rango de la administración de Joe Biden, viene ante el contraste obligado: ¿por qué los gobiernos de Vladimir Putin y Xi Jinping han entregado más vacunas a México que el de Estados Unidos, socio comercial, vecino y supuesto aliado estratégico mexicano? A la fecha, la diferencia es abismal: con Moscú se han negociado 24 millones de vacunas. Con Beijng, 35 millones.
En comparación, Washington apenas envió las primeras 2.5 millones. Y solo después de varios meses y reiteradas peticiones de ayuda por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Al respecto y en entrevista para MILENIO, González ataja: del lado ruso y chino puede haber cálculo geopolítico y con intereses específicos detrás, pero para el gobierno estadunidense es más importante “el interés estratégico que tenemos en la prosperidad y en la seguridad de los mexicanos”. Máxime, cuando “los dos presidentes, el presidente Biden y el presidente López Obrador, se entienden muy bien y buscan áreas de colaboración”.
González aborda múltiples temas: desde la pandemia y el desarrollo económico, hasta el cambio climático. Y aunque enfatiza que la relación entre los presidentes mexicano y estadunidense ha encontrado su cauce, deja una frase que se abre a la interpretación: “la solución es no regresar a las políticas de antes, sino a las políticas de mañana”.
Y para remarcar que se refiere al tema energético, apunta: el de adaptarse para el mañana y no el ayer, “ha sido mucho el enfoque que el secretario (John) Kerry, que es el enviado especial de la Casa Blanca para el Cambio Climático, ha tenido en muy buenas conversaciones con el canciller (Marcelo Ebrard)”.
¿Cómo entender que dos potencias ajenas al hemisferio occidental, como Rusia y China, parecen tener más interés en dar vacunas a México que Estados Unidos?
Hay una gran diferencia aquí. Una es la diplomacia de vacunas a intercambio de bienes políticos, mientras que para nosotros la motivación es el bienestar del pueblo mexicano.
“Nosotros cuando le dimos vacunas a México y cuando abordemos una cooperación mucho más estrecha, no lo haremos con condiciones”, prometió González, aunque declinó dar una fecha en la que podrían llegar más vacunas desde Estados Unidos.
El funcionario, integrante del todopoderoso Consejo de Seguridad Nacional y parte de la comitiva de alto nivel que envió Biden a México para abordar la crisis en la frontera, insistió en que el enfoque de Washington para la distribución internacional de la vacuna no ha sido comercial, a diferencia de otras potencias rivales.
“Nosotros estamos obviamente enfocados en recuperar a los Estados Unidos, pero estamos enfocados también en el mundo entero y con un énfasis en Latinoamérica obviamente, dados nuestros intereses nacionales. Pero (elegimos) hacerlo multilateralmente a través del sistema Covax al que, de hecho, el presidente Biden ha donado 4 mil millones de dólares”, dijo.
-En México decimos que a caballo regalado no se le ve el diente, pero por lo que dice entonces el gobierno mexicano tendría que tomar las vacunas de China y Rusia con cierto escepticismo.
Yo diría que los mexicanos tienen que decidir qué está en su interés. Nosotros le apostamos a que el futuro entre los Estados Unidos y México va a ser de colaboración de forma muy estrecha. Esa es la relación que buscamos con México: de interés mutuo. No uno en donde queramos intimidar, amenazar o conseguir un beneficio propio a costa de los mexicanos o del pueblo mexicano.
-¿Se espera una ampliación del envío de vacunas por parte de Estados Unidos en los próximos meses?
No puedo adelantar nada pero lo que sé es que nosotros tenemos un sistema de cooperación de Norteamérica y tenemos un plan norteamericano para coordinar el tema de pandemia. Es tiempo para actualizar ese plan y asegurarle a todos que estamos preparados. Porque no es sólo las vacunas, es el sistema médico y cómo estamos compartiendo información, cómo estamos desarrollando vacunas, no las de hoy pero las de mañana, y cómo estamos asegurando que nuestros sistemas de salud pero también las autoridades que toman decisiones sobre la apertura y restricciones en la frontera lo hagan coordinadas para que podamos combatir pandemias sin sacrificar nuestra colaboración económica.
-¿No se puede hablar de una Norteamérica sana si los tres países -México, Canadá y Estados Unidos- logran vencer la pandemia de forma simultánea?
Exacto. Obviamente el presidente hizo una promesa al pueblo americano de que íbamos a vacunar a los americanos. Ya que lleguemos a ese lugar, el enfoque será en cómo podemos ayudar al resto del mundo a combatir esta pandemia, pero toda esa conversación comienza con Norteamérica y por eso el primer anuncio de compartir vacunas fue con Canadá y con México.
-Sobre el tema migratorio, el gobierno mexicano ha expresado un interés concreto en detener la migración mediante el desarrollo económico en el sur-sureste y en Centroamérica y con el gobierno de Donald Trump se firmaron acuerdos que implicaban una transferencia de 35 mil millones de dólares para proyectos productivos por parte de Estados Unidos. Pero de eso, no se ha materializado nada. ¿Washington tratará de revitalizar esa estrategia económica?
Lo que tenemos que reconocer es que ninguna cantidad de asistencia de los Estados Unidos va a tener impacto sin, número uno, la voluntad política de los gobiernos de la región, pero también la asistencia es una fracción de lo que puede invertir el sector privado. Yo diría que en primer lugar, cuando México prospera eso es algo que ayuda y previene la migración los países del Triángulo Norte (Honduras, El Salvador y Guatemala); ahora, la crítica que yo haría de la administración previa (de Donald Trump) es que ellos anunciaron muchos proyectos por anunciarlos, sin tomar en cuenta su viabilidad en el sector privado.
Entonces, nosotros vamos a apoyar y tratar de fomentar y estimular la inversión del sector privado, pero vamos a hacerlo basado en cosas concretas que son proyectos que pensamos que son factibles y viables.
-¿Buscaría la administración Biden servir de puente con el sector privado estadunidense para apoyar proyectos de desarrollo en el sureste de México?
Nosotros en los Estados Unidos reconocemos que para poder combatir la pandemia y recuperarnos económicamente, tenemos que asegurar que podemos abrir nuestras fronteras y que México y Canadá se recuperen también. Está en nuestro interés nacional que México se recupere. Ahora, de los más importantes actores económicos en México, muchos son compañías americanas y entonces por eso tenemos que tener un diálogo muy activo los Estados Unidos y México en temas de interés mutuo económico para ver cómo podemos buscar la prosperidad mutua.
-¿Cómo involucrar al sector privado estadunidense en el desarrollo económico de México?
El sector privado es uno que actúa de forma independiente. Los proyectos tienen que ser factibles y viables, pero nosotros somos parte de esa conversación. Queremos que el sectores privado estadunidense pueda invertir en un México estable. Pero tengo que resaltar una cosa: el presidente Biden ha dejado muy claro que la política económica nuestra va ser una que no se va a divorciar de nuestras prioridades en temas climáticos. Entonces, cuando estamos buscando oportunidades de financiamiento oportunidades de inversión de infraestructura queremos asegurarnos que esas inversiones ayuden a la que está pasando a nivel global que es una transición global energética y asegurar que el desarrollo económico, no sólo de México, pero de toda Latinoamérica es uno que se prepare para el futuro.
-¿Cuáles son las áreas de colaboración y de oportunidad que hay entre los dos países para poder avanzar en una agenda verde, cuando hay diferentes visiones, con una estrategia de energías renovables en EU, y estrategia de energías fósiles en México?
Estados Unidos y México son dos países soberanos que van a seguir sus propios intereses económicos. Nosotros estamos apostando a que necesitamos prepararnos para un futuro donde tenemos que tener obviamente las energías del futuro, pero no es un argumento teológico entre el uno o el otro.
ledz