En medio de reportes de que el equipo de transición del próximo jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, presiona a México para que acepte deportaciones de extranjeros, la presidenta Claudia Sheinbaum aclaró que su gobierno buscará que los migrantes de otras nacionalidades no sean enviados a territorio nacional.
“Hay un acuerdo actual con la administración del presidente Joe Biden para muchas de las nacionalidades, en donde ellos directamente los envían vía aérea a sus países de origen.
“Somos solidarios, pero nuestra principal función es recibir a los mexicanos, y esperamos tener un acuerdo con la administración de Trump en caso de deportaciones para que ellos también envíen a sus países de origen a las personas de otras naciones”, sostuvo en la mañanera.
Aunque Trump asume el poder hasta el mediodía del 20 de enero de 2025, su equipo de transición trabaja meticulosamente en el plan para poner en marcha el programa de deportaciones más ambicioso en la historia de Estados Unidos, priorizando a migrantes que sean un riesgo para la seguridad pública y nacional de ese país.
Aproximadamente 1.4 millones de personas que enfrentan órdenes de deportación pendientes y más de 400 mil migrantes con antecedentes criminales ocupan el primer lugar en la lista de personas que serán “prioridades” de repatriación en la segunda era del republicano en la Casa Blanca.
Lista de objetivos
La cadena NBC reportó que la administración entrante de Trump está preparando una lista de países a los que puede enviar a los migrantes deportados cuando sus países de origen se nieguen a recibirlos de vuelta.
Los países principales de la lista son, entre otros, las islas Turcas y Caicos, las Bahamas, Panamá y Granada; sin embargo, México también es considerado, de acuerdo con tres testimonios cercanos a la estrategia.
El equipo de Trump tiene como objetivo deportar a los migrantes luego de una semana de su arresto para ayudar a acelerar las repatriaciones.
Bahamas y las islas Turcas y Caicos rechazaron inmediatamente la medida.
“Bahamas simplemente no tiene los recursos para atender tal solicitud”, indicó en un comunicado la oficina de su primer ministro, Philip Davis.
“Las prioridades del primer ministro siguen centradas en abordar las preocupaciones del pueblo bahamés”, agregó.
No obstante, Trump también quiere que México acepte a los migrantes extranjeros que sean deportados de Estados Unidos, puntualizó NBC News.
“Además de aceptar a los migrantes que puedan ser devueltos en la frontera, algo que México ya ha estado haciendo, la administración entrante está presionando al país para que acepte vuelos de deportación de no mexicanos que viven dentro de Estados Unidos.
“Las fuentes dijeron que lograr que México acepte puede no ser fácil; sin embargo, Trump usará la amenaza de aranceles en un esfuerzo por obligar al país a cumplir”, aseguró la cadena estadunidense.
A través del programa Quédate en México, la administración del ex presidente Andrés Manuel López Obrador aceptó un acuerdo durante el primer periodo del republicano como jefe de la Casa Blanca para acoger a migrantes de otros países rechazados en la frontera con Estados Unidos.
Desde enero de 2019, esta estrategia permitió al republicano enviar a casi 70 mil migrantes de regreso a México; no obstante, el programa fue suspendido y cancelado con la llegada de Biden a la presidencia de Estados Unidos.
Aún así, más de 7 mil personas migrantes fueron enviadas a México entre diciembre de 2021 y agosto de 2022 como resultado de una orden de un tribunal federal que finalmente fue revocada por la Corte Suprema.
En ese sentido, el gobierno de México ha dejado en claro que se opone a cualquier intento de Estados Unidos de reiniciar un programa similar.
A diferencia de dicho programa pactado por Trump durante el gobierno de López Obrador —que solo permitía devolver a indocumentados que llegaron a la frontera con Estados Unidos y habían sido rechazados— los nuevos planes del magnate sugieren la intención de tratar de enviar a México incluso a migrantes extranjeros que ya se encuentran dentro de su territorio.
Más allá de que los otros países acepten la estrategia del próximo gobierno republicano, el programa tendrá un alto costo económico, de acuerdo con estudios independientes.
Un análisis del Consejo Americano de Migración (AIC, por su sigla en inglés) estimó que el programa de deportaciones masivas de Trump tendrá un costo de al menos 315 mil millones de dólares y daños extensivos en varios sectores de la economía estadunidense.
“Para poner en contexto la escala de la detención de más de 13 millones de inmigrantes indocumentados, la población carcelaria y penitenciaria total de Estados Unidos en 2022 —que comprende a todos los recluidos en prisiones y cárceles locales, de condado, estatales y federales— era de 1.9 millones de personas”, ejemplificó el AIC.