Al tiempo que Washington afirmaba que Rusia ha perdido una decena de altos mandos militares en su invasión a Ucrania, Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Europea y otros países culparon ayer a Moscú por un ciberataque que interrumpió las comunicaciones satelitales de Kiev justo antes de que el Kremlin iniciara la agresión el 24 de febrero.
El teniente general Scott Berrier, jefe de la Agencia de Inteligencia para la Defensa, afirmó ayer que entre ocho y 10 generales rusos han muerto durante la invasión.
Berrier dijo que Rusia carece de un cuerpo de suboficiales, razón por la cual sus generales van a zonas de combate y terminan en situaciones de peligro.
Además, aseguró ante el Comité de Servicios Armados del Senado que la invasión está en un “punto muerto” porque “los rusos no están ganando y los ucranianos no están ganando”.
En cuanto a la acusación a Moscú por el ciberataque, la UE, Alemania, Reino Unido y EU afirmaron que la agresión apuntó a la red de satélites KA-SAT, operada por Viasat, para allanar el camino a la invasión.
Londres señaló que el ataque comenzó una hora antes de la invasión mientras Washington destacó que el sabotaje al sistema estadunidense Viasat fue uno de varios que Rusia perpetró contra Ucrania desde enero pasado.
Los ciberataques eliminaron y robaron datos, interrumpieron las telecomunicaciones e intentaron dejar sin electricidad a miles de personas.
Mientras tanto, en el campo de batalla, Rusia atacó el puerto de Odesa, informó ayer el gobierno ucraniano, en un aparente intento por afectar las líneas de suministro y los envíos de armas occidentales a Kiev.
Además, Ucrania dijo que se encontraron ayer los cuerpos de 44 civiles entre los escombros de un edificio destruido hace semanas en la ciudad nororiental de Izium.