Estados Unidos anunciará hoy el suministro de bombas de racimo, también llamadas “de fragmentación”, a Ucrania con el objetivo de que ese país pueda atacar mejor las trincheras y las demás posiciones defensivas establecidas por Rusia en el sur y el oeste de su territorio.
El anuncio llega cuando la entrega de cazabombaderos europeos, aunque de fabricación estadunidense, F-16 a Ucrania se está retrasando, y el gobierno de Joe Biden sigue resistiendo las presiones para transferir misiles de largo alcance Atcms a Ucrania.
Las bombas de racimo son un tipo de armas controvertido que han sido utilizadas por los dos contendientes, especialmente por Rusia, aunque su fabricación, almacenamiento y uso está prohibido en 108 países signatarios, entre los que no se encuentran Washington, Moscú y Kiev, de la Convención de Municiones de Racimo de 2008.
En esencia, una bomba de racimo es un artefacto, normalmente lanzado desde un avión, aunque también las hay de artillería, que explota a una altura prefijada y libera centenares de bombas más pequeñas que cubren un radio mucho más amplio.
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Empezaron a ser empleadas por EU en Vietnam y, desde entonces, con independencia de las virtudes que proclame cada país, han acompañado al ser humano en la mayoría de las grandes guerras que se han producido.
El papel de las bombas de racimo, según los militares estadunidenses, fue decisivo para romper las líneas defensivas que el iraquí Sadam Husein había levantado en Kuwait en 1991.
En las cinco semanas de bombardeos que precedieron a la entrada de las fuerzas de Tierra en combate, EU, Gran Bretaña y Francia arrojaron, según Human Rights Watch, 61 mil bombas de racimo que contenían 20 millones de explosivos más pequeños, llamados “submuniciones”.
La amplia superficie que pueden alcanzar, unido a su tamaño reducido, que les permite caer en rendijas pequeñas, es lo que hace de las bombas de racimo un arma verdaderamente temible, tanto contra vehículos blindados como contra trincheras y ahora, con nueva tecnología”, son “inteligentes” y pueden orientarse a determinados objetivos.
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