Un par de meses atrás, presidía la máxima autoridad electoral de este país, hoy ni siquiera confía en sus pares. Reyes Rodríguez Mondragón no maquilla la crisis: después de tensiones y diferencias que sólo se fueron acumulando, quienes lo sentaron en la silla de la presidencia de la Sala Superior del Tribunal Electoral fueran los mismo que lo tumbaron.
Por primera vez, da una entrevista después de aquel golpe. Insiste ante MILENIO que las acusaciones en su contra siguen siendo “chismes” si nadie se atreve a denunciarlo. Defiende su independencia y autonomía, y como prueba, exhibe que en las audiencias legales sobre juicios electorales, los partidos también hacen ofrecimientos a cambio de votos, pero él, sostiene Reyes, nunca cayó en la tentación ni cedió a las presiones.
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—Se oye en los pasillos de la Sala Superior que ya le dieron vuelta a la página, ¿Usted cómo va con eso?—
"Yo le di vuelta a la página el 1 de enero, ese día inicié una etapa como magistrado de la Sala Superior y concluí otra el 31 de diciembre en la presidencia del Tribunal".
—Fueron bastante duras las acusaciones que se hicieron en su contra, ¿Con qué sabor de boca se queda después de esta crisis, que algunos no quieren llamar crisis?—
"Objetivamente fue una crisis lo que vivimos. Y las acusaciones fueron generales, yo no encontré una concreta y si lo hay, como te he dicho a ti misma, que se presenten las denuncias correspondientes si es que se trata de acusaciones reales".
—La presidencia del TEPJF pareciera silla maldita, donde te sientas y no tienes certeza en qué momento vas a caer—
"Fue una silla muy cómoda, la silla en sí misma, claro (ríe), pero el período implicó muchos retos. No es una tarea fácil, hay momentos donde hay tensiones en torno diferentes visiones, me parece que éstas se fueron sorteando, pero también acumulando. Y hay presiones normales, tensiones y espacios donde los usuarios de la justicia electoral buscan un cabildeo, avance en sus intereses, argumentos y litigios, y se deben enfrentar con una firme convicción de que nuestra decisión implica total independencia, imparcialidad, objetividad.
"Que se me juzgue por mis sentencias, que se revise el ejercicio de esa independencia en los votos y en los argumentos. Hay unos (políticos) que aquí en el Tribunal me vinieron a ofrecer el nombramiento de magistraturas regionales y les dije que no. En audiencia, han venido a decirme que a quién me interesa nombrar en las magistraturas regionales. La independencia también se tiene que demostrar en ese tipo de interacciones con procesos de nombramientos".
—Es decir, en las audiencias legales no nada más se habla del expediente, ¿También se hacen ofrecimientos?—
"En dos ocasiones, una en audiencia formal y otra no, sí me preguntaron si yo tenía interés en que se nombre a una persona en particular como magistratura regional, y mi respuesta ha sido ‘no, que el Senado nombre cualquier persona que cumpla con los requisitos y con el perfil’, es mi interés que se nombren las vacantes, en Salas Regionales y en Sala Superior, pero que decida el Senado".
—¿Por qué no le dio su voto a Mónica Soto para presidir?—
"Porque la pérdida de confianza que expresaron en ese contexto es mutua. Y es mutua por relación a todo el proceso, la forma en que se condujo la petición de renuncia generando en la opinión pública especulaciones, dudas, poniendo en una condición de cuestionamiento no sólo a quienes integramos el TEPJF sino a la institución que es clave para la democracia mexicana y además, insertos en el proceso electoral".
—¿Esa pérdida persiste o ya se tomó el café que Mónica le pidió con invitación pública?—
"Hemos hablado, por supuesto, pero la confianza se construye, no es algo que se pierde y al día siguiente con un café se reconstruye.
—En en los meses que le quedan como magistrado, ¿Cuál va a ser el papel? ¿De vigilancia hacia sus pares? Lo veo más activo opinando sobre proyectos del bloque de los tres—
"Tengo la obligación de desempeñarme y cumplir mi papel con independiente absoluta. El papel activo que tu observas ahora es el mismo que tuve en 2017 a 2021, diferente a cuando ejercí la presidencia con la labor de conducir. Creo que el papel de los jueces en última instancia, sí es de ser guardianes de la Constitución, de la legalidad, de la materia electoral".
—¿Cómo abonará el TEPJF a la legitimidad de la elección en curso?—
"El análisis de la elección se tiene que acotar al proceso electoral, a partir del 7 de septiembre arrancamos un proceso en donde lo que suceda ahí es lo jurídicamente relevante, lo que sucedió antes, en etapas previas es aparte. Y la ley le da la atribución a la Sala Superior de calificar la validez de la elección presidencial, una vez que se han resuelto los juicios de impugnación".
—¿Y la intervención del crimen organizado?—
"Es un tema complejo y sensible, me parece que lo tenemos que abordar con responsabilidad en lo que se expresa públicamente, cuidando no generar miedo o desincentivos a la participación ciudadana. Si hay o no intervención de grupos criminales tiene que probarse y se analiza en cada caso. Las autoridades electorales tenemos ciertas responsabilidades en los procesos electorales, pero no somos las encargadas de las políticas de seguridad, del combate al crimen o de investigación sobre la actividad criminal".
IOG